Duro golpe para la sanidad pública madrileña. Es lo que ha denunciado CSIF Sanidad Madrid por el despido de casi 6.000 trabajadores. Estos abandonarán hoy, viernes 1 de abril, sus puestos de trabajo de los diferentes centros sanitarios de la Comunidad de Madrid, después de haber trabajado “duramente” durante la pandemia por COVID-19.
A través de un comunicado, el organismo ya denunciaba este hecho, alegando que las carencias que “se pusieron de manifiesto nada más empezar la pandemia” volverán a manifestarse con la ausencia de estos sanitarios: “Pedimos en su momento a la Consejería de Sanidad la renovación de estos puestos con contratos estructurales que aumentaran las plantillas orgánicas de los centros adscritos al Servicio Madrileño de Salud (SERMAS)”.
Y lo hacen porque este despido no se asemeja con la realidad de los centros sanitarios, que están desbordados: aumento de las listas de espera quirúrgicas y diagnosticadas, y el retraso en las consultas de seguimiento de patologías graves, de tratamientos e intervenciones rehabilitadoras para recuperación funcional son algunas constantes y que, ahora, critican, “van a crecer de manera exponencial”.
“Somos la comunidad autónoma que peor cuida a sus profesionales”
Si bien la Comunidad de Madrid anunció en noviembre la renovación de los “contratos Covid”, solo se renovaron por periodos de uno, dos o tres meses. Aquí comienza la denuncia del CSIF, acabándose hoy el plazo con la puesta de 6.000 sanitarios en la calle. Así, desde la central avisan de que “se volverán a ver las carencias de la sanidad en Madrid”, haciendo referencia a los 37 Servicios de Urgencias de Atención Primara (SUAP) cerrados de manera definitiva, el desbordamiento de la Atención Primaria, las listas de espera interminables y la reducción de tiempo por paciente, entre otras consecuencias.
El estado de la sanidad madrileña es uno de los reclamos, manifestando que la finalización de estos 6.000 contratos no están por encima de la plantilla. De hecho, apuntan que “estos contratos solo han servido para mantener con pinzas la atención sanitaria, no para mejorarla”. Esto, avisan, hará que las plantillas vuelvan a quedar más mermadas unido al agotamiento que arrastran estos trabajadores desde el inicio de la pandemia. Y ahí hacen un inciso: “el Covid ha venido para quedarse”.
“Somos la comunidad autónoma que peor cuida a sus profesionales en comparación con otras. Es cierto que ha habido comunidades autónomas que no han renovado ningún ‘contrato Covid’, pero en estas comunidades las condiciones laborales y de recursos humanos no son tan precarias ni penosas como en la sanidad madrileña”, proclaman desde CSIF, exigiendo que la comunidad sea pionera en las mejoras a los sanitarios y la atención que reciben los ciudadanos.
Peticiones del CSIF
La implantación de medidas urgentes para reducir listas de espera, ratios adecuadas de atención a los pacientes tanto en Atención Primaria como especializada, la reapertura de los Servicios de Urgencias de Atención Primara (SUAP) y la optimización del uso sanitario del Hospital Zendal son las principales peticiones que lanzan desde CSIF.
“Sin ir más lejos, la Atención Primaria en Madrid, primer nivel asistencial, continúa infradotada. Y con la implantación del plan de Mejora de Atención Primaria 2022-2023 muchos colectivos que trabajan en ella han perdido poder adquisitivo a pesar de tener el mayor número de pacientes por profesional”, han continuado explicando, adelantando que “el agotamiento, el desánimo, el hartazgo y el crecimiento del síndrome burnout entre los profesionales” van a verse aumentados a raíz de estos despidos masivos.
¿En qué se traduce? Desde el organismo explican que una de las consecuencias que va a generar esta situación es el incremento en el número de bajas de los trabajadores que están en activo. Por otro lado, en cuanto a los sanitarios despedidos, denuncian que sus opciones laborales “no son nada halagüeñas”, criticando que desde la sanidad pública madrileña solo les ofrecen contratos con “condiciones laborales inadmisibles”.
“Muchos de estos trabajadores tendrán que elegir entre probar fortuna en otras zonas de la geografía española, e incluso del extranjero, o ejercer su profesión en el sistema privado de salud”. Una situación que, para el CSIF, es “un contrasentido”, teniendo en cuenta la demanda de la sanidad pública en la Comunidad de Madrid, donde todos ellos “y más” son necesarios “para llegar a unos mínimos de calidad en la atención a los pacientes”.
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