Elon Musk, persona del año 2021 de la revista ‘Time’: las claves de su éxito

Por si le quedaba algo por lograr a Elon Musk, sinónimo absoluto de éxito, ha sido elegido persona del año 2021 por la revista estadounidense ‘Time’, una de las publicaciones mundiales más influyentes que precisamente, ha elegido al particular empresario sudafricano mayoritariamente por su influencia, de la que incluso destacan que trasciende las fronteras planetarias. 

"La personalidad del año es alguien influyente, y pocos individuos son más influyentes que Elon Musk en la Tierra, y potencialmente más allá de la Tierra también", destacó el editor jefe de 'Time', Edward Felsenthal justificando uno de los por qué de su elección, sustituyendo en el palmarés a otras personalidades mundiales como Joe Biden, Kamala Harris, Greta Thundberg o empresarios de la etiqueta de Donald Trump o Mark Zuckerberg. 

El "payaso, genio, señor de la información, visionario, industrial, 'showman,' canalla; un híbrido loco de Thomas Edison, P.T. Barnum, Andrew Carnegie y el Doctor Manhattan de 'Watchmen', el hombre-dios melancólico de piel azul que inventa coches eléctricos y se traslada a Marte, define ‘Time’. 

Su aura es tal que un solo mensaje en Twitter puede ser la primera carta en caer del castillo de naipes: "Con un movimiento de su dedo, el mercado de valores se dispara o se desmaya. Un ejército de devotos está pendiente de cada una de sus palabras", explica.

Elon Musk, “un hombre sin paragón” hijo del éxito

La vida de "el hombre que aspira a salvar nuestro planeta y conseguirnos otro nuevo deshabitado", prosigue la revista, es un cúmulo de excentricidades, ambición desmedida, amor pasional, peculiaridades y éxito. Mucho éxito. Tanto que no es de extrañar que con brevedad sea inmortalizada por algún director o plataforma de renombre como Netflix o Amazon Prime en un largometraje. Por el momento, esta es la biografía de logros que narra los 50 años de vida del “hombre sin parangón”, como lo define la revista norteamericana.

PayPal, el primer ladrillo de su imperio 

Nacido en 1971 en la Sudáfrica del ‘apartheid’, que degradaba a la población negra,  Musk lo hizo de la mano de la riqueza. La misma de la que se empapó su familia gracias a las minas de extracción de esmeraldas que trabajaban, y que no le ha dejado de acompañar desde entonces, aunque por méritos propios.

El primer ladrillo de su imperio lo puso en el 2000, cuando fundó Paypal, un método de pago rompedor en ese momento y que tardó un par de años en coger carrerilla. Pero cuando lo hizo, lo hizo sin frenos. Pero sus vínculos con la tecnología nacen mucho antes, cuando con diez años comienza a reparar sus propios ordenadores o, más tarde, ya con 17, a programar y vender videojuegos de su creación.

Space X y la conquista del espacio

Con PayPal cotizando en bolsa a máximos como una de las empresas con mayor proyección, la vende en 2002 al mayor gigante del comercio digital como en ese momento: eBay. Con el dinero que obtiene funda Space Exploration Tecnhnologies, Space X, una de las hazañas por las que le premia ‘Time’.

La empresa, dedicada al sector aeroespacial, pretende colaborar mano a mano con la NASA para democratizar los viajes al espacio reduciendo los costes. Es decir, hacerlo más barato, fácil y cómodo para tratar de seguir descubriendo la galaxia. De hecho, trasladará a los astronautas estadounidenses en misiones espaciales, como ya hizo en 2020, pero también ofrece viajes exclusivos a la Luna. 

Aunque Marte, por el que compite por su conquista ante otros multimillonarios como Jeff Bezos o Richard Branson, es su obsesión y donde tiene la intención de instaurar un hotel.

No es el único hito de la empresa. También consiguió fabricar el primer cohete de combustible líquido desarrollado por una empresa privada que llegó a la órbita lunar en 2008. El Falcon 9 o la nave espacial Dragon son otras de sus creaciones que han tocado la superficie del satélite terrestre. Sobre la faz de la tierra brilla StarLink, un proyecto destapado en el último Mobile World Congress cuya intención es extender internet a todos los rincones del planeta.

Tesla, hacia un mundo autónomo y sostenible

En 2003, se convierte en uno de los primeros empresarios en invertir fuertemente en una semidesconocida empresa por entonces, Tesla. El objetivo era materializar su visión futurista con el objetivo de "acelerar la transición del mundo hacia la energía sostenible”. Lo que no sabría es que su intención de cumplir sus sueños acabaría convirtiéndose en una verdadera revolución.

Su lema es liberar a la humanidad de la esclavitud del trabajo con una de sus creaciones estrella para exprimir la utilidad de la inteligencia artificial, el Tesla Bot, que ahora ultima. Un robot humanoide, que junto al establecimiento de una renta básica universal a la que accedieran todos los seres humanos por el mero hecho de serlo, permitiría vivir en condiciones de igualdad. 

En este sentido, otra de sus empresas, NeuraLink, se dedica a "interfaces cerebro-máquina de ancho de banda ultra elevado para conectar el cerebro humano a los ordenadores".

Más cerca de universalizarse se prevé el modelo de automóvil que pretende instaurar: los coches eléctricos autónomos, sin necesidad de propiedad ni conductor. Como taxis gratis. Aunque si algo ha conseguido disparar las cotizaciones de Tesla en bolsa, valorada en casi 20.000 millones de euros, o conseguir la jornada laboral más lucrativa de la historia, son modelos como el deportivo Roadster, los SUV compacto Model y el Cybertruck. The Boring Company es otra de sus empresas que hay que destacar, que mezclando métodos y vías para hacerlo, quiere cambiar el concepto de transporte.

Rico en dinero…y en polémica

Los casi más de 250.000 millones de euros en los que la revista Forbes, la publicación económica mundial de referencia, estima su fortuna lo han colocado en el trono del más rico del mundo. Incluso desbancando a Jeff Bezos, el fundador de Amazon, hasta hace poco a años luz de la competencia.

Sin embargo, pese a la inmensidad de su fortuna, paradójicamente se ha deshecho de todas sus pertenencias; incluso de todas sus mansiones, para pasar a vivir en una casa prefabricada. Además, se muestra como antiestatal, contrario a la redistribución de la riqueza o de los impuestos a los ricos (rechazó pagar impuestos en 2008), portando la bandera del capitalismo extravagante.

Sus polémicas y excentricidades también la han hecho adentrarse con éxito en el efervescente apartado del dinero digital de las criptomonedas, donde recientemente ha admitido que Tesla aceptará el pago con Dogecoin, la moneda que ha acunado. Precisamente, las defiende a capa y espada en su idea de mundo futurista y cualquier interacción, análisis o reacción de su influyente boca o pluma virtual desata fluctuaciones inmediatas en su valor.