La falta de conciliación laboral sigue siendo una asignatura pendiente en España. Y, en verano, se intensifica aún más. Bajo este contexto, una maestra de Educación Infantil, Cori, ha analizado por qué las escuelas infantiles de 0 a 3 años suelen permanecer abiertas durante el verano, a diferencia del resto, considerando que uno de los motivos principales es porque estas se ven, principalmente, como guarderías y una herramienta de conciliación familiar, en vez de reconocerse como etapas educativas fundamentales.
¿Por qué las escuelas cierran en verano, pero las escuelas infantiles no? Es lo que esta maestra plantea en su vídeo, explicando que “las escuelas cierran en verano porque la temperatura a partir de junio es bastante inaguantable en las aulas, porque los niños y niñas tienen derecho a descansar y a estar con sus familias” y “porque las aulas ni se cambian ni se ordenan ni se limpian solas”.
Junto a estas tareas, añade que los docentes también necesitan un tiempo para organizar las clases (los contenidos, cómo los van a enseñar, qué van a trabajar y qué habilidades…), así como también necesitan un tiempo para cerrar el curso y empezar el siguiente. Sin embargo, “en las escuelas infantiles de 0 a 3 años todo esto no pasa. No existe el calor ni se debe cerrar un curso para empezar el siguiente. Las aulas se ordenan solas y los niños no necesitan estar con sus familias. Y siguen abiertas porque las familias deben conciliar su vida profesional con su vida familiar”.
“La concepción que se tiene socialmente de estas es de guardería y de conciliación para las familias”
En juicio de Cori, las escuelas infantiles no cierran en verano, o lo hacen muy pocos días, “porque la concepción que se tiene socialmente de estas es de guardería y de conciliación para las familias. No están consideradas fundamentales como las demás etapas educativas”.
Sobre este pensamiento arraigado, añade que, personalmente, no ve la diferencia entre la familia de un niño de 3 años que va a la escuela y la familia de un niño de 2 años que va a la escuela infantil, considerando que “las necesidades y las dificultades de conciliación van a ser las mismas”. A pesar de ello, explica que a partir de los 3 años sí existe una oferta de verano en la que monitores se ocupan “de la continuidad del desarrollo de aprendizaje y divertimiento de los peques”.
En cambio, de los 0 a los 3 años, quienes deben seguir con esta tarea son las docentes: “como si nosotras no estuviéramos agotadas de todo el curso escolar, ni tuviéramos que cerrar el curso, ni ordenar y preparar las aulas, ni organizarnos para tenerlo todo listo, porque en breve empieza el nuevo curso escolar”, manifiesta, en una crítica al sistema educativo actual, y concluyendo que no cree que “tengamos los mismos derechos que las demás etapas educativas”.
