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Una pareja de jubilados con 71 años quiere vender su casa de 5 habitaciones, pero lo están retrasando para evitar casi 600.000 euros en impuestos

Joel y Kathryn Friedman son una pareja del baby boom que espera que el Congreso reforme el impuesto de venta de viviendas.

La pareja de jubilados en su casa
Una pareja de jubilados con 71 años quiere vender su casa de 5 habitaciones, pero lo están retrasando para evitar casi 600.000 euros en impuestos |Joel Friedman - Business Insider
Antonio Montoya
Fecha de actualización:
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Una pareja de jubilados que se quedaron sin hijos llevan años queriendo reducir su patrimonio, pero aún no han vendido su casa de 5 habitaciones y 460 metros cuadrados (5.000 pies cuadrados) en el sur de California, todo por evitar los 700.000 dólares (casi 600.000 euros) que se les va a ir en impuestos sobre las ganancias de la venta.

Joel Friedman y su esposa, Kathryn, ambos de 71 años, están contando los días hasta que puedan vender su casa y mudarse a una comunidad para mayores de 55 años. Esta familia, que no tiene hijos ni herederos, está a la espera de vender su casa cuando el Congreso cambie el impuesto a la venta de viviendas y así puedan evitar perder tanto dinero. 

Desde 1997 es necesario declarar cualquier venta de una propiedad que supere los 500.000 dólares (420.000 euros aproximadamente) en el caso de que sea un matrimonio el que lo venda.  Para un vendedor en solitario, el valor de vivienda a partir del cual se debe declarar es de 250.000 dólares (210.000 euros). Todas estas ventas están sujetas a un impuesto sobre las ganancias de capital de hasta el 20%. 

Este tope no ha cambiado desde 1997, lo que significa que, entre la inflación y la subida disparada de los precios de las viviendas, con un número cada vez mayor de casas que superan ese límite, muchos más vendedores de viviendas tienen que pagar el impuesto ahora que cuando se implementó por primera vez.

Los Friedman se encuentran entre ese número cada vez mayor de propietarios que conservan casas que superan ese límite y quieren venderlas. Algunos economistas del sector dicen que esto está agravando la falta de viviendas familiares en el mercado, sobre todo en lugares carísimos como California.

La casa de los Friedman se les ha quedado grande y los gastos no paran de subir, cuenta Joel. "Hay un millón de razones por las que nos gustaría mudarnos, pero no lo haremos porque el impuesto es una carga", explica el marido de los Friedman.

Esperan que el Congreso cambie el régimen de impuestos en la venta de casas

Eso podría cambiar: en el Congreso hay apoyo de ambos partidos para elevar el umbral del impuesto federal y animar las ventas en un mercado atascado. El presidente Donald Trump afirmó recientemente que está considerando eliminar el impuesto por completo.

Desesperados por mudarse, los Friedman sacaron la casa a la venta en mayo por casi 4,5 millones de euros. Pero en julio cambió el panorama cuando el tema volvió a ganar peso en Washington.

Semanas después de que la representante republicana Marjorie Taylor Greene presentara un proyecto para eliminar el impuesto federal a las plusvalías en ventas de viviendas, Trump dijo que la medida podría ayudar a impulsar el mercado inmobiliario en un contexto de tipos persistentemente altos.

Así que los Friedman dejarán que el anuncio caduque y esperarán a que la ley cambie el próximo año.

"En este momento, es un desincentivo poner mi casa en el mercado, y es un incentivo, si ya la tienes en el mercado y puedes permitirte esperar, sacarla del mercado".

Unos impuestos de 600.000 euros

Los Friedman compraron el terreno y construyeron su casa en 1990. Como muchas viviendas en California, su valor se ha disparado desde entonces.

Joel calcula que él y Kathryn han invertido en total 1,8 millones de euros entre la compra del solar, la construcción y las mejoras en tres décadas. Si vendieran por 4,5 millones de euros, estima que, tras las exenciones actuales, los impuestos federales y estatales sobre las ganancias de capital recaerían sobre unos 2 millones de euros de plusvalía. Con eso, y sumando el impuesto neto sobre la inversión, la factura subiría a casi 700.000 dólares (600.000 euros): más de 350.000 en impuestos federales a las plusvalías y más de 150.000 en impuestos estatales.

Evan Liddiard, director de política fiscal federal de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios y contador público certificado, calcula que la factura combinada (estado + federales) podría superar los 800.000 euros.

Aunque los Friedman han estado bien económicamente, dependen de las ganancias de la venta para financiar su jubilación. Les preocupa que los cheques del Seguro Social de Joel y la pensión de Kathryn no alcancen para cubrir facturas médicas y cuidados de larga duración.

"Es una cantidad considerable de dinero para cualquiera", dijo Joel. "No nos vamos a quedar sin recursos, pero tener ese dinero extra ayuda".

El futuro de los impuestos

En 2022, el demócrata Jimmy Panetta propuso duplicar la exención a 500.000 euros para personas y a 1 millón para parejas, indexada a la inflación. No está claro si avanzará esa vía o la de Greene, que busca eliminar el impuesto; Liddiard cree que la eliminación total es poco probable y que la propuesta de Panetta "solucionaría la mayor parte del problema". Aun así, admite que "no es una panacea": ayudaría a aumentar la oferta y a mejorar la asequibilidad, con beneficios concentrados en estados caros como California y, sobre todo, entre propietarios con mayor patrimonio.