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Un matarife, sin pelos en la lengua sobre lo que cobra en una carnicería: "Nuestro oficio es muy duro, muy duro. Empiezas con el mínimo, 1.200 euros"

El empleado de carnicería se queja de que las grandes superficies “se lo comen todo” y apuesta por “más tiendas locales”.

el carnicero en la entrevista y una nómina
Un matarife, sin pelos en la lengua sobre lo que cobra en una carnicería: "Nuestro oficio es muy duro, muy duro. Empiezas con el mínimo, 1.200 euros" |TikTok (@talentmatch.es)
Antonio Montoya
Fecha de actualización:
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Un carnicero sale en defensa de uno de esos oficios a los que ya pocos jóvenes piensan en dedicarse, de los que se transmitían de padres a hijos y que ahora están faltos de relevo generacional, como el de carpintero o fontanero. Este hombre se dedica a la labor de matarife, que es el encargado de matar bestias o animales y descuartizarlos para después preparar piezas de carne orientadas a su venta para consumo doméstico.

“Soy matarife y carnicero”. Así de directo se presenta el protagonista del último vídeo de Talent Match en su canal de TikTok (@talentmatch.es), un profesional que no esconde la realidad de su tradicional oficio: “Nuestro oficio es muy duro, muy duro”. Habla de madrugones, fuerza física y semanas completas de lunes a sábado. No es casualidad que “cueste encontrar gente” y que “no todo el mundo que entra se quede”.

Un oficio tradicional que viene de familia

Su historia es la de muchos oficios tradicionales que vienen de familia y ahora los jóvenes no quieren coger porque son muy duros, como el de albañil: empezó “de bien niño” en una saga donde “toda la familia éramos matarifes”. Es por eso que se produce una falta de relevo generacional en este tipo de oficios, porque ya quedan pocos de aquellos que se dedicaban a ellos, muchos no tienen hijos o sus hijos simplemente prefieren dedicarse a un trabajo de oficina.

Los grandes supermercados “se están comiendo” a las tiendas locales

Una de las cosas que también ha ido destruyendo poco a poco los oficios tradicionales como el de carnicero o pescadero, sin duda, son el auge de las grandes superficies o cadenas de supermercados. Es por eso que este matarife reivindica algo que echa de menos en las ciudades: más tiendas locales

“Esta gente se lo come todo (en referencia a los grandes centros logísticos)… aparcamiento gratis, no tienes que ir a la pescadería, panadería, la carnicería. Pero esto ya no se cambia”. Un diagnóstico crudo sobre cómo ha cambiado la manera de comprar y de trabajar detrás del mostrador.

Un carnicero empieza cobrando 1.200 euros

Cuando toca hablar de dinero, tampoco hay rodeos: “Cuando empiezas en una empresa de carne empiezas con el mínimo, 1.200 o lo que sea”. Un punto de partida que, combinado con jornadas largas y exigentes, explica por qué cuesta atraer relevo. El mensaje subyacente: si el escaparate compite a base de precio y conveniencia, la presión baja por algún lado… y suele bajar por la nómina y las condiciones de quienes cortan, deshuesan y preparan el producto.

Más allá de la nostalgia, el vídeo deja abiertas varias preguntas incómodas. ¿Cómo se garantiza relevo en un oficio que requiere destreza, esfuerzo físico y madrugar, si el salario de inicio se queda en el mínimo? ¿Qué espacio les queda a las carnicerías de barrio frente al todo-en-uno del hipermercado? Y, sobre todo, ¿cuánto debería valer el trabajo de quien hace posible que la carne llegue limpia y lista al plato?

El matarife de Talent Match no busca polémica: describe su día a día con la serenidad de quien lo ha vivido siempre. Pero su testimonio se suma a un debate que ya suena en muchas cámaras frigoríficas y mostradores: ¿quién va a despiezar mañana? ¿Y cuánto merece cobrar por ello?