Durante años, la construcción ha sido el motor económico de muchas familias en España. Pero algo ha cambiado. Faltan viviendas, sí, pero lo más preocupante es la falta de mano de obra dispuesta a levantar esos muros. Los bajos salarios y las duras condiciones hacen cada vez más difícil encontrar jóvenes dispuestos a subirse al andamio.
Sobre este tema, un albañil de Bilbao ha compartido en TikTok su experiencia personal sobre como ve el este oficio y el problema del porque no nadie quiere trabajar en la obra. Explica, en primera persona y desmonta muchos mitos sobre los sueldos y la actitud de quienes quieren empezar. “50 euros el día. Yo muchísimas veces fui a la construcción a trabajar por 50 euros y llegaron a subir mi sueldo a 70 euros el día y no pasó de eso hasta que me puse por mí en cuenta” explica.
Cuando empezó a trabajar explica que solo cobraba 50 euros para que lo conocieran y supieran como trabaja, pero, por otro lado, explica que esta situación ha cambiado. “Hoy yo veo a gente que quieren trabajar, pero cuando les dices te voy a pagar a 120 el día no quieren más. No, no, no. Yo por menos de 180, 200 euros no voy”. Ante esto, su conclusión es rotunda: “¿Quieres que yo te pague 200 pavos por darte trabajo encima? Hombre, yo no veo que cuadre eso”.
Un trabajo que ha pasado a rozar el salario mínimo
El relato de este albañil no es un caso aislado, ya que su experiencia se suma a la de muchos otros trabajadores de la construcción que han visto cómo el oficio ha ido perdiendo valor con el paso de los años. Pascual, un veterano de la obra explica que antes “un albañil podía ganar 3.000 o incluso 4.000 euros al mes”, pero ahora, para muchos, “no se llega ni al Salario Mínimo, y los sueldos apenas dan para vivir”.
Al igual que él, otros profesionales denuncian que es un trabajo muy duro para el salario que ofrece. “Te dejas la espalda por 1.200 euros y, aun así, cuesta encontrar relevo entre los jóvenes”, lamentan. El caso de este albañil que empezó cobrando 50 euros al día y ahora ve a chavales exigiendo 200 refleja el desencuentro generacional y la falta de incentivos para que nuevas manos se animen a entrar en la construcción.
El resultado es un sector cada vez más envejecido, en el que los trabajadores veteranos reivindican la necesidad de recuperar el valor del oficio y ofrecer condiciones dignas para que las nuevas generaciones se animen a entrar en la obra.

