Toque de atención de la OCDE al Gobierno por las jubilaciones y pensiones

La OCDE advierte sobre la desaceleración económica en España, revisando a la baja el crecimiento para 2024 al 1.4%, citando la influencia de la política monetaria restrictiva y la inflación. Además, avisa del gasto que se avecina en los próximos años.

Secretario general de la OCDE, Mathias Cormann
Toque de atención de la OCDE al Gobierno por las jubilaciones y pensiones EFE
Javier Martín

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha advertido al Gobierno sobre la desaceleración económica en España. En un análisis detallado, la organización reduce las expectativas de crecimiento para el año 2024 en cinco décimas, colocándolas en un modesto 1,4%, en comparación con las proyecciones intermedias divulgadas tan solo tres meses atrás.

Este recorte se atribuye a un cóctel de factores que incluyen la política monetaria restrictiva en la eurozona y un resurgimiento de la inflación, que afectan al consumo privado, las inversiones y las exportaciones. Las cifras del tercer trimestre de 2023 revelan una desaceleración económica más temprana de lo anticipado, con el crecimiento progresando solo tres décimas. Así, la OCDE respalda las proyecciones gubernamentales para este año al elevarlas al 2,4%, pero alerta sobre la desaceleración económica que ya se vislumbra debido a un entorno menos propicio.

Esperanzas para 2025 y discrepancias para 2024

El panorama para 2025, sin embargo, se presenta con un matiz optimista, pronosticando un crecimiento del 2%, aunque la OCDE advierte que el consumo privado y la inversión experimentarán una moderación en 2024 debido a condiciones financieras restrictivas y una inflación persistente. Además, señala que la demanda externa contribuirá menos al crecimiento, destacando la debilidad de los socios comerciales.

La discrepancia más notable entre la OCDE y el Gobierno español radica en la proyección del crecimiento para 2024. Mientras que el Ejecutivo sostiene un optimista 2%, la OCDE vaticina un más cauto 1,4%, siendo esta la estimación más conservadora entre los organismos económicos internacionales. Este desajuste se atribuye, en parte, a la anticipación de una inflación persistente, proyectando un aumento del 3.7% en 2024, con un pico en el primer semestre. La inflación, según la OCDE, debería descender al 2.3% en 2025, mientras que la inflación subyacente, excluyendo energía y alimentos no elaborados, disminuirá del 4.3% en 2023 al 2.2% en 2025.

Por otro lado, en términos de empleo, la OCDE prevé que la tasa de desempleo se mantendrá en un 12% en 2024, disminuyendo marginalmente al 11.8% en 2025. Aunque destaca la robustez del mercado laboral español, sugiere que el escenario económico podría impactar moderadamente en la creación de empleo. En cuanto al déficit público, la OCDE proyecta dificultades para alcanzar la meta del 3% establecida por el Gobierno. Se espera que el déficit disminuya al 3,2% en 2024 y al 3,1% en 2025, mientras que la deuda pública se mantendrá alrededor del 110% del Producto Interior Bruto (PIB). 

A nivel global, las proyecciones de la OCDE indican una ligera desaceleración en el crecimiento económico mundial al 2,9% para este año, manteniendo un 2,7% para 2024 y previendo un 3% para 2025. Estados Unidos muestra mejoras con un crecimiento del 2.4% este año, mientras que la eurozona experimenta desafíos, especialmente Alemania, con una recesión del -0,1% este año y un modesto crecimiento del 0.6% en 2024.

Los consejos de la OCDE

Como parte de sus recomendaciones, la OCDE aboga por impulsar proyectos de investigación y desarrollo mediante colaboraciones entre empresas y centros universitarios. Además, insta a reducir las disparidades regulatorias entre regiones como medida para fomentar la estabilidad económica.

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