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Santi, conductor de Uber que se ha arruinado varias veces: "A mí me gustan los billetitos frescos"

Este trabajador de Uber cuenta lo que cuesta una licencia, cómo compite con taxis y cuánto puede facturar un mes fuerte.

Un conductor de Uber en la entrevista
Santi, conductor de Uber, durante la entrevista |Youtube (@mowlihawk)
Antonio Montoya
Fecha de actualización:
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Un famoso conductor de Uber ha bajado a la tierra el trabajo de conductor VTC en Madrid, con el que muchos creen que uno se puede hacer de oro. Santi, conocido como “La Bala”, lleva más de tres décadas al volante (autobuses, traslados y ahora Uber) y desde 2020 trabaja en plataformas. En una reciente entrevista con el creador de contenido MOWLIHAWK (@mowlihawk), este conductor declara haber visto “de todo”, pero siempre ha tenido una cosa clara: "A mí me gustan los billetitos frescos", en referencia a que siempre ha intentado ganar dinero a pesar de todas las trabas que le pone la compañía.

Él lo tiene claro, en este trabajo la demanda la da el reloj, el precio cerrado evita problemas y el margen real depende de cuántas horas echas trabajando y de tu control de gastos. Entre anécdotas, deja una idea central: es un trabajo de constancia, de método y de trato con el cliente. Y es que Santi no lo ha tenido fácil, ya que ha vivido una vida complicada, en la que se ha llegado a arruinar varias veces (como confirma al principio de la entrevista).

Santi explica que el calendario lo marcan los picos: cuando llueve, en Navidad o los viernes y sábados “no se para”. Su mejor día, dice, llegó a 31 servicios. También aparecen viajes largos (habla de un Madrid – Tarifa de 600–800 euros, según momento y demanda), pero la base del oficio está en rotar rápido: precio cerrado, ruta visible en la app y enlazar un servicio con otro.

Aunque él se impone “ocho horas y media” para no quemarse, reconoce que quien busca volumen suele irse a 12 horas diarias. La ventaja operativa es poder conectarte y desconectarte; el reto es estar donde hay trabajo sin encallar en atascos o esperas improductivas.

La licencia de VTC hoy cuesta lo mismo que un piso

Su gran espina es no haber tramitado a tiempo licencias. Asegura que en 2013 pudo solicitar siete VTC por 268 euros cada una y que hoy “una VTC puede costar 250.000 euros”. Esa diferencia, sostiene, separa dos ligas: quien posee la licencia y puede capturar más margen, y quien conduce para empresa, con menos riesgo pero retribución condicionada por objetivos.

También describe el ecosistema multiplataforma (Uber, Cabify, Bolt) y una realidad creciente: taxis trabajando con apps. Para el usuario, afirma, el precio cerrado aporta previsibilidad; para el conductor, las normas de plataforma ordenan la operativa y el acceso a la demanda.

Un mes bueno puede ganar entre 6.000 y 7.000 euros si “echa horas”

“La Bala” distingue entre facturaringresar neto. Pone ejemplos de su entorno: una van en un mes fuerte puede facturar hasta 15.000 euros; un turismo de cinco plazas, 6.000 – 7.000 euros si “echas horas”. En el modelo empresa, cita tramos de incentivos a partir de 4.150 € de facturación (p. ej., 40% sobre el exceso). Y recuerda que la plataforma cobra comisión del 25% como estándar, con variaciones según servicio.

De esa cifra bruta hay que restar combustible o recarga, limpieza, mantenimiento y neumáticos, amortización del vehículo, seguros, cuotas e impuestos. El resultado real depende de optimizar horas útiles, evitar tiempos muertos y cuidar el coche para no perder días por taller.

Ser Uber es mucho más que conductor

Más allá del volante, Santi insiste en el oficio: saludar, coche limpio y reglas claras (sin bebidas abiertas, sin conductas de riesgo), especialmente de noche, cuando abundan salidas de ocio. Defiende cortar discusiones, negar lo que comprometa la seguridad y “hacer que el cliente se baje mejor de lo que se subió”. El precio cerrado y la ruta visible ayudan a evitar malentendidos; la empatía y el tiempo de cada pasajero cierran el viaje.