¿Sabías que abrir una puerta puede costar hasta 1.000 euros? Si alguna vez has tenido que llamar a un cerrajero de urgencia, probablemente hayas sentido ese sudor frío al preguntar el precio. Pero lo que quizás no sabes es que detrás de una simple búsqueda en Google puede esconderse un negocio donde abundan los fraudes, los intermediarios sin escrúpulos y hasta servicios que acaban siendo una pesadilla. Así lo cuenta Roberto, cerrajero en Baleares, en una entrevista con Adrián G. Martín en su canal de Youtube: “Hay mucho intrusismo y cobran barbaridades”.
Roberto no siempre fue cerrajero. “Llevo ya unos 6 años como cerrajero y como empresario. Vengo del mundo sanitario, trabajaba en ambulancias y llegó un momento que prefería buscar otro tipo de oficio para poder estar más tiempo con mi familia”, explica. Su historia ejerciendo esta profesión empieza como la de muchos autónomos, queriendo ayudar con un servicio que siempre sea necesario: “Busqué un trabajo que realmente ayudase a la gente, que sea un trabajo que en caso de que hubiese una pandemia como nos ha sucedido siga estando”.
“El 80% no son cerrajeros, solo son empresas que saben posicionarse en internet”
Aprender el oficio no fue cosa de un día. “Internet me ayudó muchísimo, compañeros que ya trabajaban en el oficio me ayudaron muchísimo y practicando… cogiéndome en casa cerraduras antes de tener el negocio, montando todas las puertas de todo el mundo que conocía, volviéndolas a montar, equivocándome, buscando proveedores”, detalla. Pero lo que más le ha impactado es la situación del sector: “Te puedo decir que el 80% no son cerrajeros, son empresas que saben posicionarse en internet”.
¿El resultado? “Detrás de una simple búsqueda en internet hay empresas que inflan precios, intermediarios que se llevan comisiones y, lo más grave, en España cualquiera puede anunciarse como cerrajero sin estar certificado”, advierte. “Yo he llegado a ir a casos de que te cobran o quieren el 50% del total de la factura. Es decir, si cobras 100 quieren 50. O sea que es superabusivo”.
Tienen que luchar contra okupas
La variedad de clientes y situaciones también es para escribir un libro. “Nos han dicho que lo que querían era ocupar la vivienda, a ver si podíamos abrir”, cuenta. Y sobre los riesgos: “Siempre tenemos que ir con pies de plomo porque hay muchas veces que alguien que te ha llamado para abrir una vivienda diciendo que se ha dejado las llaves luego resulta que lo que quieren es ocupar la vivienda”.
Por eso, los protocolos son estrictos: “Pedimos que se acrediten con el DNI, si el DNI pone la dirección de esa vivienda en concreto ya es un voto de confianza y siempre hacemos firmar un documento que se llama Declaración Jurada en el cual dice que él es responsable y que él es titular de esa vivienda”.
“Hay gente que cobra 700, 1.000 euros por una apertura”
Sobre los precios, Roberto no se esconde: “Una copia de llave puede costar entre 2, 2,15 ya con IVA, que es una llave normal… a llaves de seguridad 8, 9 €, incluso hay llaves que valen 30, 40 €, dependiendo de la complejidad”. ¿Y las urgencias? “Lo que es aperturas de urgencia, que es un servicio muy lucrativo, te puede dar para vivir y muy bien. Si por cada apertura ganas mucho dinero, por supuesto, vives muy bien”.
Pero cuando se habla de aperturas, es donde más fraudes se producen según este cerrajero: “He visto cobrar 700, 1.000 euros por una apertura a las 3 de la mañana en domingo. Todo esto ha salido en prensa y han salido muchos medios de comunicación”. Y lo peor, según él: “Mucha gente se aprovecha de la típica abuelita que se queda encerrada y cobran barbaridades”.
¿Y cuántos servicios así hacen? “Nos llaman de tres a cuatro personas por día de que se han quedado fuera de su casa por cualquier motivo… ya sea que la puerta se ha bloqueado, que han perdido las llaves, un montón de cosas”.
“El boca a boca todavía funciona, es realmente efectivo”
Aunque la publicidad online arrasa, Roberto lo tiene claro: “Todavía funciona el boca a boca y es lo que realmente es efectivo. Una persona que entra por una simple llave ya te pide información para mejorar la seguridad, y así haces clientela. Esa persona se lo dice a su primo, a su vecino…”.
Sobre el margen de beneficio y los proveedores: “Nosotros tenemos la ventaja que con la experiencia ya trabajamos directamente con los fabricantes, no tenemos intermediarios… entonces sí que es cierto que tenemos beneficios también como cualquier persona en la venta de componentes”.
“Nos hemos juntado para blindarnos”
Ante tanto intrusismo, los cerrajeros serios han decidido organizarse: “Hemos creado una asociación de cerrajeros solo de Baleares que se llama Actima. Hacemos reuniones, hacemos charlas y somos un equipo de solo profesionales relacionados con el mundo de la cerrajería”.
Y sobre los peligros más allá del dinero, Roberto cuenta lo que nunca se ve: “A veces, cuando vas con el juzgado y los ocupas están dentro, el juzgado lo que hace es tocar la puerta, avisa, y a veces no abren… entonces activan al cerrajero y abres la puerta, y al abrir te encuentras que hay gente dentro de la vivienda que no quieren salir. Un caso que me pasó hace unos meses… el juzgado, la gente no abría, abrimos la puerta y una mujer se desplomó en el suelo en la entrada de la puerta… ahí ya activas el protocolo, ya tiene que venir la Policía Nacional, que vinieron dos furgones llenos…”.
“Este trabajo nunca va a faltar. Todo el mundo tendrá puertas y siempre habrá puertas”
La gran pregunta: ¿merece la pena montar una empresa de cerrajería hoy? “Es un negocio que siempre está, es muy lineal, es decir, siempre va a haber problemas de cerrajería y siempre la gente necesitará un cerrajero. No crees que falte el trabajo nunca, no, nunca faltará ese trabajo”.
El futuro del sector lo ve claro: “El mayor cambio va a estar en la tecnología. La tecnología es lo que más impacto va a tener en esto… desde hace 20 años había una simple puerta de madera… ahora puertas realmente acorazadas, sistemas digitales, controles con el móvil, con el reloj… pero siempre hará falta alguien que pueda abrir una puerta cuando haga falta”.
Así que la próxima vez que necesites un cerrajero, ojo con lo que encuentras en Google. Como avisa Roberto: “Hay mucho intrusismo y cobran barbaridades”. Y el susto puede ser doble: por la puerta… y por el precio.

