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Un jubilado de 73 años es tajante sobre la cotización a la Seguridad Social: "con 14 ya trabajaba durante 19 horas"

Un jubilado italiano ha denunciado en una entrevista las condiciones laborales por las que pasan los profesionales de la hostelería, “la situación ha cambiado muy poco”.

Vinzenzo en una imagen en la playa
Un jubilado de 73 años es tajante sobre la cotización a la Seguridad Social: "con 14 ya trabajaba durante 19 horas" |Fanpage
Berta F. Quintanilla
Fecha de actualización:
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Vincenzo Moldavia, un jubilado de 73 años que vive en Italia ha contado en la web de experiencias laborales fanpage.it su historia y cómo entró en el mercado de trabajo con apenas 14 años. Lo hizo en el año 1966, en el sector de la hostelería. “A pesar de los años que han pasado, la situación de estos trabajadores ha cambiado muy poco, incluso podría decir que ha empeorado”, explica en este medio. 

Recuerda cómo, cuando todavía era un niño, tuvo un puesto de trabajo en una pizzería en Apulia, donde empezaba a las 10:00 de la mañana y se marchaba a las doce de la noche cobrando un salario que se podría decir ‘simbólico’ de unos 13 euros (25.000 liras italianas). Nunca cotizó a la Seguridad Social del país por estar trabajando en este pequeño restaurante, pero estaba satisfecho ya que con el dinero que llevaba a casa podía ayudar económicamente a sus padres. 

Para evitar que perdiese tiempo en ir y venir a su domicilio, “el propietario de la pizzería me pedía que me quedase a dormir en su casa, donde había un dormitorio libre porque su hijo estaba haciendo el servicio militar”. 

Sin cotizaciones a la Seguridad Social y con condiciones laborales “inexistentes”

Cuando tenía 16 años, dejó el empleo en la pizzería y pasó a otro establecimiento donde trabajó durante seis meses, con un horario de 7:00 a 15:00 y desde las 18:00 hasta medianoche. “A pesar de mis largas jornadas, sólo coticé 30 días”. Durante ese tiempo, estaba como aprendiz, por lo que cobraba unos pocos céntimos como salario. 

“En 2015 sufrí un infarto, podía haberme jubilado antes si hubieran hecho las cosas bien, pagando las cotizaciones correspondientes en el 67, el 68 y el 69. Así que por culpa de los que no me dieron de alta y pagaron cantidades mínimas, muchos hemos tenido que trabajar varios años más antes de conseguir la jubilación”.

Una vez que comenzó a cobrar su pensión, reparte su residencia entre Pantelleria y Brianza, donde sigue en contacto con el mundo laboral a través de compañeros de profesión. 

“Lo que viví en los 60 sigue ocurriendo hoy día, especialmente cuando hay contratos temporales”

Al leer otras historias de jubilados, Vincenzo se emociona, especialmente cuando tienen que ver con el sector hostelero. “Lo que viví en los años 60 sigue pasando hoy en día, especialmente en los trabajos temporales y estacionales”.

Conoce algunos casos en Pantelleria, y recuerda cuando un joven le contó que al cobrar su sueldo, había algo que no le cuadraba. Al preguntar, le dijeron que su contrato no era a jornada completa, como él pensaba, sino que era temporal de cuatro horas diarias. Y que, además, no libraba ningún día a la semana. 

Otro le comentó que “cobraba 1.500 euros al mes, pero cuando llegó el momento de recibir la nómina, me di cuenta de que en el contrato había condiciones muy diferentes. Trabajaba jornadas completas por un sueldo muy inferior al que me habían prometido”.

“Una madre de dos hijos que trabajaba como recepcionista de hotel, se quejó de que estaba trabajando 12 horas diarias, y que no libraba a pesar de que en su contrato ponía que su jornada era de 4 horas. Su marido, cuando era necesario ausentarse del puesto de trabajo (también hostelero), debía buscar él mismo a su sustituto”.

“Cuando tuve empleados, les pagué hasta el último céntimo”

Los contratos temporales son uno de los problemas principales del sector hostelero. “Hay muchas personas a las que se llama para trabajar cinco o seis meses, pero sólo se les paga por una parte del tiempo trabajado, lo que les impide cobrar el paro cuando terminan el contrato”.

“El problema, como lo veo, no es que falte personal. Lo que pasa es que nadie quiere un trabajo con condiciones laborales indignas. Cuando tuve empleados, les pagué hasta el último céntimo, porque sé qué es sentirse explotado. Este sistema te obliga a defenderte incluso de quien se supone que tiene que protegerte”.

Las autoridades “conocen perfectamente lo que está pasando, pero no hacen nada porque el sistema colapsaría”. Y eso, se ve a diario. “Conozco un barco turístico que transporta unas 30 personas por viaje cuando el límite es de 20. Ahí es donde se ve la explotación laboral en determinados sectores”.