No hay nada mejor que escuchar la voz de la experiencia para saber lo que nos depara el futuro o cómo ‘se ganaban el pan’ nuestros abuelos y pensionistas, es por eso que cualquier entrevista a jubilados da para mucho y deja frases para la gloria, que no hacen sino mostrar la cruda realidad que vivía España en tiempos del posfranquismo. El programa Andalucía Directo, en un reportaje grabado en la localidad almeriense de Berja, ha recogido los testimonios de varios jubilados que reflexionan sobre la vida después del trabajo, los sacrificios de su juventud y el nuevo debate sobre la edad de jubilación, en un video publicado en el canal de Berja Digital (@berjadigital).
“Solo podrán jubilarse a los 65 años quienes hayan cotizado al menos 38 años y 3 meses”, recuerda la periodista, sobre la nueva edad de jubilación implantada pero a la que solo pueden acogerse unos pocos. Los que empezaron a trabajar siendo apenas unos niños, hoy sienten que ya han dado todo lo que podían dar y, en algunos casos como el de Josefa, por fin están saliendo de esa especie de represión a la que estaban sometidos (ya sea por la escasez o por el machismo retrógrado que existía antes en muchas casas).
“Yo he trabajado desde que tenía 9 años, en la agricultura”
Fausto y Lola, un matrimonio jubilado desde hace años, hablan con una serenidad que solo da el tiempo. Al ser preguntados por cómo llevan la jubilación, ellos contestan: “Maravillosamente, porque toda la vida hemos estado trabajando. Yo estoy trabajando desde que tenía 9 años, en la agricultura”, cuenta él con orgullo. A su lado, su mujer cuenta cómo disfrutan ahora de su tan ansiado retiro laboral: “Ya cuando me he jubilado, pues en la casa, hemos ido de viaje y estamos muy bien, nos paseamos”.
Pocas frases describen mejor lo que significa una vida de esfuerzo: trabajo, familia y sacrificio. Pero también una recompensa que llega tarde. ¿Hay vida después de la jubilación?, le preguntan a una de las jubiladas, que responde con asombro: “¡Hombre, es cuando empieza, otro sentido. Por lo menos para mí, para poder disfrutar de todas estas actividades, ya que a lo largo de mi vida laboral ha sido casa-trabajo…”.
“Los jóvenes no empiezan a trabajar como nosotros”
La conversación se repite en muchos parques y centros de mayores: los años pesan, pero lo que más duele es la comparación con el presente. “Yo empecé con 12 años a trabajar. Entonces yo creo que ya estoy un poco quemada”, admite una mujer de 60 años que aún espera su jubilación. “Lo que pasa es que la gente joven no empieza a trabajar como nosotros”, añade con una mezcla de resignación y cierto reproche generacional.
El calendario tampoco ayuda. En 2025, la edad de jubilación será de 65 años para quienes hayan cotizado los 38 años y 3 meses exigidos, pero de 66 años y 8 meses para el resto, dos meses más que en 2024. Un horizonte que muchos ven con cansancio: “Todavía me quedan unos años, tengo 60... pero bueno, queda menos”, comenta otro entrevistado con humor, pero sin ocultar la fatiga acumulada.
“Yo ahora lo que quiero es disfrutar y viajar”
No todo es melancolía. Antonio, jubilado y amante de los viajes, ha convertido su retiro en una segunda juventud: “Sí, bastante. Ya he visto unos cuantos países. Y este va a ser mi primer destino del Imserso, la primera vez este año”, comenta entusiasmado.
Su testimonio refleja una nueva manera de envejecer, más activa, con ganas de aprovechar lo que el trabajo un día impidió.
Los viajes del Imserso vuelven a llenarse, sobre todo de “recién jubilados, de gente que es su primera vez”, explica el reportaje. Una generación que trabajó sin descanso y ahora busca vivir sin reloj.
“Antes trabajábamos mucho y ahora la vida pasa volando”
En cada frase se adivina una lección: valorar el tiempo.
“Antes con nada nos lo pasábamos bien. Hoy los jóvenes lo tienen todo y, aun así, muchos no son felices”, dice una jubilada, mientras recuerda sus primeros años en el campo. Son palabras que resumen toda una filosofía de vida, donde el esfuerzo y la humildad se mezclan con el deseo de disfrutar lo que queda.
Porque, como reconoce otro de los entrevistados: “Hay vida después de la jubilación, y es cuando empieza, por fin, la oportunidad de disfrutar”.
Una generación marcada por el trabajo y el sacrificio
Los jubilados de Berja lo tienen claro: su generación levantó el país desde la infancia, a golpe de madrugones, campos de cultivo y jornadas eternas. Ahora, con las manos marcadas por el trabajo, exigen solo una cosa: poder descansar con dignidad.
Su testimonio es también un recordatorio para los más jóvenes, que miran al futuro con incertidumbre.
En sus palabras resuena una advertencia y una esperanza: “Disfruten de la vida lo que puedan, lo mejor posible. Cuando veas lo que cuesta algo, lo valoras”.

