Soñar con la jubilación anticipada antes de los 60 años no es algo inalcanzable para algunos españoles. Más allá de lo que pueda pensarse, existen varias vías legales que lo permiten sin mucho esfuerzo, como la tabla de enfermedades de incapacidad permanente, cuyo fin es cuidar a los trabajadores más vulnerables. Es el caso de J.A. Vargas, un almeriense que ha conseguido lo inimaginable: jubilarse cobrando más cuantía que con su sueldo de aquel entonces.
Este pensionista, afincado en Roquetas de Mar, sufrió una enfermedad de niño que le arrastró problemas físicos que fueron agudizándose conforme pasaban los años. Un hecho que le dificultaba cada vez más su trabajo, el cual requería un poco de agilidad física.
De ahí que el Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI) de la Seguridad Social le concediera una incapacidad permanente de Gran Invalidez, el grado más alto para quienes necesitan ayuda en muchos quehaceres de la rutina diaria. Al ser un complemento de la incapacidad absoluta, podía seguir en activo dentro del mercado laboral, aunque no en cualquier tipo de trabajo.
Los años fueron pasando hasta que a los 56 años el destino cambio de rumbo. “Yo trabajaba en el Ayuntamiento de mi municipio y fueron los propios compañeros quienes me avisaron de que podía jubilarme a partir de esa edad si tenía un grado de discapacidad igual o superior al 45%. El mío era elevado, de un 60% cuando solicité la jubilación”, explica el pensionista.
“Me fui informando personalmente a ver si era cierto la posibilidad de jubilarme anticipadamente con tanto tiempo de antelación, aunque yo ya cumplía con 37 años cotizados en ese momento.” Como prosigue, él mismo, con su puño y letra, realizó el escrito para que le informaran desde la administración pública y rápidamente le llegó la contestación: sí que era posible jubilarse a esa edad tan temprana.
Los motivos de la Seguridad Social para conceder la jubilación anticipada derivada de una incapacidad permanente
Tiene que darse varios motivos para que la Seguridad Social conceda la jubilación anticipada, tal y como nos detalla este pensionista.
En primer lugar, porque cuando era un niño, sufrió una poliomielitis, conocida comúnmente como ‘la polio’. Así, el Real Decreto-Ley 1851/2009, sobre la anticipación de la jubilación de los trabajadores con discapacidad en grado igual o superior al 45%, le permitió pasar a cobrar una buena pensión. “Mira si salí beneficiado con esta normativa que mi incapacidad me permitió jubilarme con 56 años y con el 106% de mi sueldo”.
“Sí, cobré el 100% de la pensión que me correspondía sin que la Tesorería General de la Seguridad Social me aplicara ninguna penalización ni el coeficiente reductor que me correspondería, como si hace con quienes cobran una jubilación anticipada”, incide.
En segundo lugar, porque cumplía con muchísimos años cotizados para conseguir la jubilación. Así, en unas pocas semanas consiguió la aceptación de la jubilación por parte de la administración y el 8/10/2014 consiguió convertirse en jubilado con una pensión de 1.743,79 euros mensuales, repartidos en 14 pagas. “Imagínate si salí ganando con el cambio. Para hacerte una idea mi salario por aquel entonces era de 1.643,04 euros”, explica el entrevistado con una gran sonrisa.
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