Al llegar a la jubilación, la pensión suele ser casi siempre, la única fuente de ingresos. Pero aun así, en muchos casos no alcanza para cubrir los gastos más básicos y menos si parte de ese dinero hay que destinarlo para ayudar a hijos o nietos. Esto es lo que le ha pasado a Pamela Shields, una mujer de 67 años que espera tener una jubilación tranquila después de años de trabajo, pero que ha tenido que volver a trabajar para compatibilizarla con la pensión para así, poder ayudar a su familia. Este “retiro” explica que es “agotadora, pero necesaria para salir adelante”.
Tal y como explica en una entrevista a Business Insider (puede encontrarse en este artículo), Pamela recibe una pensión de 1.470 euros al mes y aunque la cantidad sí que le permite cubrir sus propios gastos, no es suficiente para ayudar a su familia. Por eso decidió trabajar como cuidadora de mayores y hacer turnos nocturnos en un supermercado local.
Gracias a estos “mini-jobs” puede conseguir unos 600 euros más cada mes, aunque eso si, le supone tener que trabajar los siete días de la semana. “Realmente quiero estar jubilada y no tener que hacer todo esto para ganarme la vida, pero no me veo pudiendo hacerlo”, reconoció.
La pensión no alcanza para cubrir todos los gastos
La mayoría de su vida laboral, Pamela trabajó en atención al cliente y recursos humanos, donde llegó a ahorrar dinero en un plan de jubilación. Pero, dos divorcios, un accidente de tráfico y facturas médicas acabaron con sus ahorros. “Pensaba que lo tenía todo planeado, pero las cosas no salieron como esperaba”, explicó.
Hoy, vive con un presupuesto muy ajustado y asume gran parte de los gastos de su hogar. Su hija, que padece problemas de salud, reside con ella y depende en parte de su ayuda. Pamela también contribuye al pago de las actividades escolares de su nieto y, cuando puede, ayuda a sus otros hijos con la compra o los recibos. “Intento ayudar todo lo que puedo. Son mi familia, y es lo que toca”, afirmó.
Aunque Medicare cubre buena parte de sus tratamientos médicos, los costes de vivienda, electricidad y teléfono suponen una carga difícil de sostener con su pensión. Con frecuencia debe sentarse durante sus turnos “porque me duelen los pies de tanto estar de pie”, relató.
Cada vez más jubilados vuelven al trabajo
La historia de Pamela no es una excepción, ya que según un análisis de LinkedIn, el 13% de los baby boomers estadounidenses tuvo que volver a trabajar en 2023 tras haberse jubilado, lo que supone la cifra más alta en los últimos cinco años. Además, una encuesta de AARP muestra que uno de cada cinco personas mayores de 50 años no cuenta con ahorros para la jubilación, y muchos de los que sí los tienen temen que no les duren lo suficiente.
Pamela explicó que paso por alto cuánto costaría su nueva vida como jubilada. Así, los gastos médicos, el aumento del coste de la vida y las necesidades familiares superaron lo que ella pensaba. “Nunca pensé que necesitaría tanto dinero para mantenerme y ayudar a los míos”, explica.
Ahora y con toda la experiencia adquirida, incide en la importancia de preparar la jubilación desde jóvenes. Piensa que hay que enseñar desde pequeños a nuestros hijos para que el evitar problemas en el futuro con el dinero y la economía familiar. “Si pudiera dar un consejo, sería que enseñen a sus hijos a ahorrar y a ser responsables con el dinero. Puede marcar la diferencia”, piensa.
Aunque su jubilación no es la que imaginaba, Pamela afronta el futuro con entereza. “La vida me ha repartido esta mano. No estoy feliz con ella, pero hago lo mejor que puedo”, termina.
