El coste de la vida y las malas condiciones de trabajo que tuvieron que aceptar miles de jubilados hace que en muchas ocasiones no hayan cotizado suficiente a la Seguridad Social y al final sus pensiones sean bajas. Por eso, mientras muchos de sus conocidos están disfrutando de sus jubilaciones con viajes como los que en España organiza el Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales), una jubilada francesa ha decidido emprender su propia empresa. Aunque su empresa no es muy grande ni aspira a ser una multinacional, María José, de 64 años, espera ganar suficiente dinero para completar su baja pensión de jubilación.
Conoce de sobra cómo está el mercado ya que ha sido vendedora de muebles en la zona del Fisterre francés. Un empleo que dejó por problemas de salud y que quedó en el olvido cuando, en 2025, puso en marcha su microempresa. Su historia la ha publicado Le Figaro, que ha hablado con ella. Está encantada porque ahora trabaja en lo que le gusta, los mayores, los niños y el cuidado del medio ambiente ya que todos sus productos son ecológicos.
“Siempre he trabajado y no quería estar sin hacer nada, necesito tener ocupados la mente y el cuerpo”, ha señalado a este diario. Toda su vida laboral ha sido un ir de aquí para allá. Durante más de 38 años, ha ocupado un puesto en una importante empresa de Cherburgo y Quimper, donde ascendió hasta ser una de las jefas. Trabajaba vendiendo electrodomésticos punteros, de alta gama y conseguía destacar entre sus compañeros alcanzando cuotas muy elevadas.
En paro a los 60 años, cuando le quedaban dos para jubilarse
A los 60 años comenzó a tener problemas médicos y le diagnosticaron una enfermedad crónica que la obligó a dejar su empleo. Ahora, pensaba, en situación de desempleo y con esa edad, ¿a dónde iba? Tenía pensado, antes de conocer su enfermedad, pedir la jubilación ordinaria dos años más tarde.
Sin empleo, empezó a buscarse la vida con contratos temporales como cartera y repartidora de paquetes pero de repente, encontró una oportunidad laboral que no podía dejar pasar. En 2024, una empresa del sur de Francia le ofreció trabajar con ellos. Se dedicaban a la venta de pegamentos y otros productos escolares respetuosos con el medio ambiente.
Tenía, eso sí, que darse de alta como autónoma y entre los requisitos estaba la obligación de arrancar una pequeña empresa. “Yo no sabía nada sobre los trabajadores por cuenta propia y encontré un mundo muy complicado, con trámites pesados y donde además hay estafas”. Se apoyó en la red BGE (algo parecido a la Asociación de Trabajadores Autónomos, ATA, en España) que ayuda a los emprendedores y consiguió salir adelante. “Gracias a ellos me aclaré, lo desbloquearon todo”, ha explicado.
“Trabajo media jornada y no quiero cobrar más de 1.000 euros”
Poco a poco, María José ha entendido qué quiere. De momento, no quiere un sueldo mayor a 1.000 euros “no trabajo para el Estado” y ha establecido la media jornada laboral como su horario. “Esta cuantía me permite completar mi pensión que es de 1.800 euros netos sin elevar la carga fiscal”, manifestó.
Está orgullosa de lo que ha creado y manda un mensaje a otros muchos sénior que buscan completar la pensión o sentirse útiles laboralmente cuando cumplen los 60 años y se acercan a la jubilación. “No quiero ser un modelo de nadie, pero si puedo ayudarles, habrá cumplido mi propósito”.
Ahora está ahorrando para viajar a Canadá, que es su país preferido al que va siempre que puede.

