Lola Prieto, jubilada de 89 años, cobra la pensión de viudedad de la Seguridad Social desde hace 50 años, cuando falleció su marido. Aunque tuvo una pareja posteriormente, no quiso casarse con él para no perder el derecho a esta prestación que es vitalicia, es decir, que dura para toda la vida. Hay que tener en cuenta que esta pensión requiere cumplir una serie de condiciones y que se cobra el 52% de la base reguladora que le correspondería al causante de la pensión, aunque podría subir al 70% con una serie de condiciones.
El programa ‘Y ahora Sonsoles’ de Antena3 ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre las pensiones, como ya hizo en su día con la jubilación activa aunque, en esta ocasión, ha sido con la pensión de viudedad. Después de una breve introducción en la que explican algunos de los requisitos, una de las invitadas, Lola Prieto, quiso contar su historia. Que no es, ni más ni menos, que la de otros muchos jubilados españoles.
Tras invitarla a tomar asiento, y presentarle a los invitados entre los que estaba el periodista económico José María Camarero, la protagonista empezó a contar su historia. Está cobrando una pensión de viudedad de 870 euros desde que perdió a su esposo, hace más de 50 años. “Yo cobro eso, el resto no lo sé, pero hablo por mí y cobro eso”.
Ahora, sigue haciendo lo que más le gusta, que un día fue su trabajo: la costura, “he trabajado mucho cosiendo, y todavía lo hago. No corto porque no manejo bien las tijeras pero estoy en una asociación de mayores en Fuenlabrada donde doy clase de costura desde hace 11 años”.
“Tuve pareja pero no me casé para no dejar de cobrar la pensión”
Recuerda, en un momento de la entrevista, que conoció a un hombre y que fue su pareja pero que “no me quise casar para no dejar de cobrar la poca pensión que tenía” y “¿por un papel firmado? No, ya me casé una vez”.
“Él me pidió muchas veces matrimonio, y me llamaba egoísta y yo le decía que lo seré pero tenía que cuidar lo mío porque entre lo poco que me daban y lo que cosía podía mantener a mis hijos”.
El que era su pareja “estaba divorciado pero lo dejamos… lo dejé yo”. Era un momento complicado porque ella acababa de perder a su hijo mayor. Pero lo tenía claro: “mis hijos, antes que nada”.
Con el tema de la pensión “tuve siempre los pies en el suelo” aunque bromea “claro, si él hubiera tenido millones… le habría aguantado”.

