El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado una nueva subida del Índice de Precios al Consumo (IPC) al cierre del mes del mayo, ratificando sus últimas previsiones. Desde 1994, hace exactamente 28 años, los precios de productos de primera necesidad nunca habían crecido tanto. Queda así confirmada la inflación interanual en el 8,7%; mientras que la inflación subyacente, la que no cuenta elementos más volátiles, como los bienes energéticos y sin elaborar, en el 4,9%. Esta última es la que más preocupa.
Se trata de una subida de 0,3 décimas respecto al 8,4%, en los que cerró la inflación el mes de abril. Todo ello, provocado principalmente por una subida interanual del 11% en los alimentos y bebidas alcohólicas y por los combustibles: el gasóleo se encareció un 33,9%, mientras que la gasolina repuntó un 23,5%. Incluso a pesar del descuento de 20 céntimos por litro del Gobierno.
Los precios del transporte, por su parte, se encarecieron un 14,9%. Los servicios de restauración, un 6,3% más caros, y los alojamientos o estancias, que subieron un 45,5%, son el cuarto trampolín que ha vuelto a elevar el IPC, el índice de referencia general con el que se mide la inflación. De esta manera, con la subida de mayo, el IPCA, el que se hace para comprar con la eurozona, subió al 8,5%, por los 8,1% de media de Europa.
¿Cuáles son los alimentos que más se han disparado con el IPC de mayo?
El aceite de oliva (un 36,5% más caro), la pasta (27,9%), la harina (25,5%), los huevos (25,3%), la mantequilla (17,6%), la leche desnatada (17,3%) y la leche entera (16,7%) son los alimentos que más suben de precio. También destaca el encarecimiento de los alimentos para bebés (15,5%), los yogures (14,8%), la carne de ave (13,6%), el pan (12,6%), la carne de vacuno (12,3%), el café (11,8%), el pescado (11,7%), confituras, mermelada y miel (11,1%), el arroz (10,2%), las legumbres y hortalizas secas (10,2%) o los zumos de fruta (8,9%).
La cara de la moneda es el ligero respiro que ofreció en mayo la electricidad a los bolsillos de los consumidores españoles. También subió, aunque de forma mucho más moderada que en meses anteriores. En abril, resultó un 30,2% más cara que en 2021. Aunque hay que remarcar que el INE solo tiene en cuenta los precios de la tarifa regulada, que han en mayor medida que los de la fija. Si se hiciera esto, la subida sería menos pronunciada.
Previsiones sobre el IPC del Banco de España hasta 2024
Si el presente tampoco es muy halagüeño, el futuro a corto plazo tampoco es muy esperanzador. Los expertos consideran que los niveles actuales, en cotas históricas, se mantendrán mínimo hasta finales de año. Concretamente, las previsiones del Banco de España las situaron en 7,5 para finales de 2022. Mientras que la OCDE las elevó al 8,1% y al 4,8% para 2023. Además, se teme la espiral inflacionista: aquella subida de precios que va acompañada por otra salarial sucesivamente hasta 2024.
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