Cuatro años lleva ya con nosotros la reforma laboral, en un mercado de trabajo que combina máximos de afiliación con una estadística del desempleo cada vez más compleja. Según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), en septiembre había 740.000 trabajadores fijos discontinuos inactivos, es decir, que no trabajan, pero que no figuran en las listas oficiales del paro, mientras que entre enero y septiembre se tramitaron 570.164 prestaciones asociadas a esta modalidad (245.754 altas iniciales y 324.410 reanudaciones), el doble que antes del cambio normativo. El fenómeno reabre el debate sobre el “paro oculto” y sus efectos en el gasto en ayudas.
Los contratos fijos discontinuos, impulsados por la reforma como alternativa al temporal, permiten mantener el vínculo con la empresa durante los periodos de inactividad. Por ello, no se contabilizan como desempleados registrados, aunque sí pueden cobrar prestación cuando no están activos. Este “híbrido” estadístico explica en parte el aumento del 114% de expedientes frente a 2019 y que, sin elevar mecánicamente el paro registrado, sí aumente el flujo de altas y bajas en el sistema de protección.
En este sentido, la Unión Sindical Obrera (USO) sitúa el “paro real” por encima de 3,7 millones de personas, al agregar a los 2.443.766 parados registrados del SEPE otros colectivos, que son trabajadores con disposición limitada (362.408), otros ocupados (191.075), personas en ERTE (13.126 en octubre) y los fijos discontinuos inactivos (más de 740.000). “Uno de cada cuatro desempleados de la zona euro es español”, explica el responsable del Gabinete de Estudios de USO, José Luis Fernández Santillana a The Objetive, que achaca el fenómeno a la persistencia de la estacionalidad y a contratos indefinidos de temporada.
El paro juvenil se incrementó en 10.082 menores de 25 años, el 45% del avance mensual, mientras que por sectores descendió en construcción y subió en industria, agricultura y, sobre todo, servicios. El desempleo masculino alcanzó 963.301 personas y el femenino 1.480.465; en términos interanuales, ambos retroceden, pero el ajuste no corrige la brecha.
El gasto en prestaciones por desempleo aumenta
En paralelo, la CEOE alerta de caída de la productividad por ocupado respecto a finales de 2019 y de una jornada media efectiva a la baja en el sector privado (30,9 horas semanales en los tres primeros trimestres, según la EPA). La patronal lo vincula al aumento de incapacidades temporales y a una regulación de permisos que, a su juicio, genera inseguridad jurídica.
El gasto en prestaciones y subsidios crece con fuerza. AIReF y Banco de España estiman un aumento interanual del 30%-35% del conjunto de ayudas, impulsado por los fijos discontinuos y por la evolución de las cotizaciones. En 2019, este colectivo representaba el 7,7% de quienes cobraban una prestación; en 2025 ronda el 11%. En términos medios, 88.000 personas percibieron prestación por fijo discontinuo en septiembre y 129.650 a lo largo de 2025, cifras que esconden una alta rotación de expedientes y periodos de cobro muy breves.
El perfil del fijo discontinuo también ha cambiado, pues ya no se limita a campañas agrícolas o temporadas turísticas, sino que se extiende a logística, educación o atención al cliente, con tramos de actividad más cortos que agotan antes los derechos contributivos. El Ministerio de Trabajo no publica el número exacto de inactivos inscritos, al ser una competencia autonómica, aunque el Anuario de Estadísticas Laborales ofrece estimaciones con rezago temporal.
Este problema se amplifica con otras grietas del mercado laboral, ya que 847.150 personas declaran pluriactividad (dos o más empleos para llegar a fin de mes), el absentismo supera el millón de personas que no acuden a su puesto cada día en promedio anual y España figura como segundo país de la UE en pobreza infantil, con cuatro millones en carencia material severa, según las mismas fuentes. ATA y Cepyme advierten, además, de un crecimiento desigual que favorece a grandes y medianas empresas, mientras los autónomos y microempresas destruyen empleo.

