Liz Bates, que trabaja como inspectora de viviendas y tiene 42 años, ha denunciado que justo enfrente de su terraza, desde donde podía ver el mar, ahora se encuentra un muro de hormigón. El motivo no es otro que la obra que está llevando a cabo la promotora Vivir Estates para construir un complejo de viviendas de lujo. En el diario The Sun, esta mujer ha denunciado que “supuestamente”, la empresa constructora no tiene autorización para llevar a cabo esa estructura.
Su enfado no sólo se basa en que ha perdido las vistas al mar de las que disfrutaba desde que se mudó a la vivienda, hace más de 10 años, sino que además ahora su casa vale 58.000 euros menos. Situada en Southbourne, uno de los puntos fuertes de la ubicación era que con el alto precio del mercado inmobiliario, su valor se había disparado.
En la denuncia, explica que la jornada laboral de los trabajadores que están levantando el bloque comienza a las 7:30 de la mañana, por lo que el ruido es insoportable. “Hace dos meses aparecieron unos soportes enfrente de nuestra casa, cuando pregunté, me dijeron que eran para un muro de terraza”.
Por su trabajo, ella sabe cuándo se conceden permisos para determinadas obras y en aquel caso estaba segura. “Les dije que no había ninguna licencia para eso, y los albañiles me dijeron que no sabían, que ellos cumplían órdenes, por lo que fui al Ayuntamiento”.
Una vez allí, consiguió que se paralizaran las obras porque no tenían la autorización obligatoria. Pero el promotor no hizo caso y continuó levantando el muro. “Lo ha hecho por arrogancia, creo que espera que al final se lo aprueben”, señala la afectada en el medio antes citado.
Las viviendas afectadas han perdido casi 60.000 euros de su valor
Los agentes inmobiliarios que han evaluado la situación de Liz y sus vecinos, creen que las viviendas afectadas por el muro se han devaluado hasta en 58.000 euros. El motivo es que se han perdido las vistas a la playa pero es que, además, a nadie se le pasa por la cabeza poner a la venta su vivienda tal y como están ahora.
“Nos sentimos atrapados, hemos perdido la vista, la privacidad, la luz natural y ni siquiera podemos disfrutar del exterior. Cuando estamos con las ventanas cerradas, seguimos oliendo el humo de los cigarros o de la barbacoa de los trabajadores”.
La promotora quiere regularizar el muro
La promotora no da un paso atrás a pesar del aviso del Ayuntamiento que ordenó paralizar las obras. Han solicitado “una modificación no material”, al permiso urbanístico original para regularizar el muro. Con estos trámites se permiten ajustes leves sin que sea necesaria la aprobación completa, cuando no afecte al diseño o al entorno.
“No es un cambio pequeño, y no han presentado ningún plano de ubicación de la terraza, por eso pensamos que iría delante del edificio, y no sobre el muro de la primera planta. El impacto es brutal”.
El proyecto consta de varios bloques de cuatro plantas, y está situado sobre un viejo parking. El suelo se puso a la venta en 2017 y consiguió el visto bueno tras apelar a un inspector urbanístico a pesar de las firmas de más de 1.500 vecinos.
“Ningún propietario tiene derecho a vistas”
Vivir Estates ha respondido por medio de su portavoz Eddie Fitzimmons. “El proyecto es legal porque ningún propietario que compre una casa en Reino Unido tiene derecho a vistas. Es una cuestión de derecho civil, esta urbanización mejorará la zona y aumentará el valor de las propiedades”.
Pero Liz Bates, que habla por todos los afectados, no está de acuerdo. “Estamos sufriendo mucho con esta obra como para que ahora vengan con una estructura innecesaria. Yo invito a cualquier técnico municipal a que venga y compruebe con sus propios ojos lo que esto supone para nuestra familia”. Por su parte, una vez paralizada la obra, el ayuntamiento descarta pronunciarse.

