La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, junto a los principales sindicatos, firmó el acuerdo para la reforma de los subsidios por desempleo, que ya fue derogado el pasado mes de enero bajo el Real Decreto-ley 7/2023. Este nuevo acuerdo, que busca reformar el sistema de protección por desempleo en España, incorpora novedades como la posibilidad de seguir cobrando la prestación contributiva por desempleo (el paro) mientras se sigue trabajando.
Hasta ahora, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) solo permitía compatibilizar el subsidio para mayores de 52 años con un trabajo siempre que fuera a tiempo completo y la duración del contrato fuera superior a tres meses, independientemente de que fuera un contrato temporal o indefinido.
Ahora, la nueva reforma también lo contempla para cobrar el paro, pero se pedirá cumplir una serie de requisitos. El objetivo de esta medida es, que los trabajadores no desechen la oportunidad de trabajar por miedo a perder la prestación por desempleo.
Requisitos para trabajar y cobrar el paro al mismo tiempo
Para poder cobrar la prestación contributiva por desempleo a la vez que se trabaja, el SEPE pedirá haber agotado los 12 primeros meses de su prestación por desempleo, es decir, se debe llevar como mínimo un año cobrando el paro. Además, el salario bruto mensual que se perciba no debe superar el 225% del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), que actualmente es de 1.350 euros al mes. El tiempo máximo que se podrá compatibilizar el paro con un trabajo es de 180 días (seis meses).
La cuantía dependerá del tiempo que se haya estado desempleado y el contrato firmado. Quienes hayan estado sin empleo entre 13 y 15 meses y consigan un trabajo a tiempo completo recibirán el 80% del IPREM, lo que equivale a 480 euros mensuales. Esta cifra disminuye al 40% del IPREM (240 euros) para quienes hayan estado sin empleo entre 19 y 21 meses.
Para quienes opten por un trabajo a tiempo parcial, la ayuda será del 60% del IPREM (360 euros), pero la cuantía final dependerá de las horas trabajadas y del tiempo registrado en el Servicio Público de Empleo (SEPE).
Por último, hay que saber que el salario bruto al que se hace referencia, no es lo mismo que el neto. El salario bruto es la cantidad de dinero que recibe el trabajador en su nómina antes de aplicar las retenciones y cotizaciones correspondientes. En cambio, el salario neto es la cantidad final que percibe el empleado, quitando del salario bruto las cotizaciones a la Seguridad Social y retenciones de IRPF.
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