No entrará en vigor hasta el próximo 1 de enero de 2023 pero sus consecuencias más inmediatas ya se están haciendo notar, en pleno panorama inflacionista. La Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular añadirá un nuevo impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables que afectará tanto a empresas de fabricación, distribución, importación o adquiriente de envases de este material.
Entre otros aspectos, también establece una tasa sobre el tratamiento de los residuos, modifica la regulación del canon por utilización de las aguas continentales para la producción de energía eléctrica e introduce modificaciones en el régimen del IVA para las donaciones de productos. En resumen, gravará todas las operaciones relacionadas con el plástico, una de las grandes preocupaciones de las economías occidentales.
De hecho, muchos de ellos ya están imponiendo fórmulas tributarias para tratar de controlar mediante la restricción de uso una problemática en aumento y de difícil solución inmediata. Para mayor ejemplo, el séptimo continente: una isla entre California y Hawái con más de 1,8 billones de trozos de plástico flotantes y con más de 1,6 millones de kilómetros cuadrados.
El IPNR ( Impuesto al plástico no reutilizable): amenaza para los precios
Todavía un desconocido para la gran mayoría de empresas, a las que más va a afectar, y para el público en general, el impuesto al plástico no reutilizable (IPNR) tiene como objetivo limitar la reducción la reducción de su consumo, característico del envasado o el envasado de una multitud de productos.
¿A quién afectará? A los supuestos mencionados anteriormente menos los medicamentos, productos agrícolas, productos reutilizables y reciclado mecánico certificado, que estarán exentos de tributación. Es decir, la automoción, la alimentación, el textil, el transporte o el de componentes industriales, al ser los que más plástico utilizan, serán los más afectados.
Así, uno de los principales puntos espinosos será la gestión del nuevo impuesto y el llevar a cabo los pagos y declaraciones correspondientes obligatorias desde el primer kilo no reutilizable. El tipo impositivo es de 0,45 euros por kilogramo. Sin embargo, para obtener la cuota a ingresar habrá que aplicar el tipo impositivo a la base imponible expresada en kilogramos. Además, se podrá solicitar devolución en caso de haber soportado más impuestos o deducciones que la aminoren.
Pero también hay algo que asusta a empresas y consumidores: se espera que la entrada en vigor de la nueva normativa contribuya a aumentar aún más los precios de los productos en origen debido a que se impondrá al bien el nuevo impuesto. Esto provocará que aumente aún más la inflación, que se espera que continúe al alza cuando entre en vigor la nueva ley.
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