Ante la inflación y la pertinente subida de tipos de interés aplicada en junio y posteriormente en septiembre como escudo para contenerla por el Banco Central Europeo (BCE), la hipoteca se ha convertido en uno de los principales asuntos de actualidad y debate. Entre esos tipos de interés se encuentra el euríbor, del que dependen las hipotecas variables y que también acabará afectando a las fijas.
La cuestión más candente es, por tanto, la conveniencia de cambiar de una variable a una fija, una vez que los expertos financieros y económicos advierten que el oscuro panorama, con los tipos de interés al alza, se prolongará hasta finales de año. Aunque el coste de la hipoteca (y en cuantos años se pretende liquidarla), que se prevé que aumente de media 800 euros anuales según la plataforma ‘Asufin’, no es el único condicionante.
Al respecto de esto, es diferencial la edad. Otro de los aspectos que examinan con lupa los bancos o entidades financieras previamente a dar su luz verde al crédito hipotecario. Aunque los jóvenes suelen ser los demandantes habituales de hipotecas, también es posible hacerlo con 40, 50, 60 e incluso con 70 años. Siempre que haya solvencia económica, claro: el principal aspecto que le interesa a las que las conceden.
Requisitos para pedir una hipoteca: esta es la edad ideal
La solvencia económica, la capacidad de endeudamiento, la estabilidad de los ingresos y el valor de la vivienda hipotecada. La edad, por tanto, influye pero no es un condicionante prioritario. ¿Cómo? Casi como un límite a la duración del préstamo. En otras palabras, existe un plazo máximo para dejar pagado el préstamo. Por tanto, la pregunta no sería cuál es la edad máxima para pedir una hipoteca, sino reformularla: cuál es la edad correcta para acabar de pagarla.
Entonces, no existe una edad máxima para que sea concedida una hipoteca, pero sí para dejar pagado el préstamo, como se ha dicho. Habitualmente la duración de las hipotecas no supera de media los 30 años, por lo que la edad ideal ronda entre los 35 y 45 años, para llegar a los 75 con la hipoteca finiquitada.
Esa es la edad general para solventar como pagada. Aunque cada banco tendrá sus propias condiciones. Por ejemplo, BBVA establece un tope en 70 años; Banco Santander, en 80. Lo importante, entonces, es el importe de la cuota mensual de la hipoteca, ya que, cuantos más años se tengan, más aumentará debido a que le plazo de amortización será menor.
“No existe un producto específicamente concebido para las personas mayores, que es un público complicado para las entidades”, explicaba el director de Hipotecas del comparador bancario iAhorro, Simone Colombelli, a ‘El País’. Esto deriva en que las reglas generales del juego para los hipotecados senior sean las mismas que para todos y las condiciones para conseguir mayor o menor financiación dependen del perfil financiero de cada uno”, apuntilla.
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