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El salario más frecuente roza el SMI tras años de estancamiento, según el Instituto Juan de Mariana

La brecha entre ambos se reduce del 40% al 3% desde 2018, con especial impacto en provincias de menor renta.

Figuras representando una familia sobre varios billetes de 100 euros
Figuras representando una familia sobre varios billetes de 100 euros |Envato
Francisco Miralles
Fecha de actualización:
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El Instituto Juan de Mariana (IJM) alerta de que España está viviendo una “igualación salarial por abajo” a medida que el sueldo más habitual se aproxima al salario mínimo interprofesional (SMI). Según su último informe, la brecha entre el salario modal y el SMI ha pasado del 40% al 3% en el período 2018-2023, una compresión que el centro de estudios atribuye al estancamiento de los salarios intermedios frente a un mínimo que ha subido “con fuerza” en términos reales.

El documento sitúa el fenómeno en un contexto de incrementos sostenidos del SMI. En términos reales, el mínimo legal aumentó un 32% entre 2009 y 2023, de los que un 26% se concentró desde 2018. El IJM califica de “simplista” el relato de que elevar el SMI sea una mera cuestión de justicia social sin efectos colaterales, y sostiene que, “cuanto más se eleva el SMI, menos crecen los salarios del resto de trabajadores”.

 Diferencial (en euros) entre el salario modal y el salario mínimo, en términos reales, 2009-2023
 Diferencial (en euros) entre el salario modal y el salario mínimo, en términos reales, 2009-2023 | Fuente: Instituto Juan de Mariana

La convergencia entre ambas magnitudes, añade, se aprecia tanto en porcentaje como en euros constantes. El salario modal cayó en 2023 hasta 13.800 euros reales, mientras que el SMI se situó en torno a 13.370 euros, reduciendo a unos 400 euros lo que años atrás llegó a superar los 8.000. En términos relativos, la distancia del 40% se estrechó a alrededor del 3%.

Baja el salario real, sube el SMI

Si lo miramos por territorios no damos cuenta de que no es homogéneo, pues el SMI supera el 60% del salario medio en 42 de las 50 provincias y rebasa el 75% en 34, con máximos en Ávila (78,7%), Zamora (77,3%) y Badajoz (75,8%). A escala autonómica, Extremadura presenta la mayor ratio (72,8%). El informe subraya que la presión se concentra en sectores intensivos en mano de obra (hostelería, comercio, limpieza, servicios auxiliares), más presentes en zonas de menor renta.

En materia de empleo, el IJM recupera los cálculos del Banco de España que cifran en hasta 174.000 los empleos destruidos por la subida del 22% del SMI en 2019. Ampliando el horizonte, el instituto estima una pérdida acumulada de 210.000 puestos entre 2019 y 2023, con una proyección de 270.000 a lo largo de 2024. En paralelo, CEPYME explica que el encarecimiento del coste laboral “ha hecho que las compañías de menor tamaño generen 350.000 puestos de trabajo menos”.

El informe apunta además a efectos sobre la movilidad social y los incentivos al progreso profesional cuando el SMI se acerca al salario más frecuente, pues “disminuye la recompensa salarial por progresar”, se “fomenta la economía informal” y el SMI deja de actuar como palanca de mejora para convertirse en un “techo empobrecedor”.

España con la peor evolución de salarios de los países de la OCDE

En su diagnóstico, el IJM ve “achatamiento de la estructura salarial por la base” y recuerda que España figura entre los países de la OCDE con peor evolución de los salarios reales en las últimas tres décadas. A su juicio, la política salarial ha perdido anclaje en la productividad y ha quedado sometida a directrices políticas. Por ello reclama reformas que premien la productividad y la competencia para “devolver capacidad salarial a los trabajadores”.

El trabajo se apoya en series deflactadas (euros constantes) y en el cruce de fuentes como INE, Banco de España y estimaciones propias del IJM.

El Ejecutivo ha defendido en otras ocasiones el papel del SMI para elevar rentas bajas y reducir la desigualdad, mientras que la literatura académica ofrece resultados heterogéneos según metodología y contexto. El IJM, en cambio, insiste en que España necesita “reformas pro-productividad” en lugar de nuevas alzas “a golpe de decretazo”.