La Campaña de la Renta se puso en marcha desde principios de abril y seguirá su curso hasta el 30 de junio. Es el plazo límite que tienen los contribuyentes para presentar la declaración de la Renta, correspondiente al ejercicio 2021, si no se quiere sufrir ninguna sanción por parte de Hacienda. En caso de que el resultado sea positivo, que la declaración salga a pagar, también se debe cumplir el pago en los plazos establecidos.
Si toca pagar a la Agencia Tributaria, hay dos opciones posibles: optar por el pago único o fraccionarlo en dos veces. Si se escoge el primer método, se tiene que saldar cuentas con Hacienda en el mismo momento en que se presenta la declaración: el organismo recibe el dinero al momento. Por el contrario, si se escoge fraccionar el pago, se cobra el 60% de la cantidad a pagar el el 30 de junio (cuando finaliza la campaña) y el 7 de noviembre se abona el 40% restante.
Hay que señalar que, previa revisión del Fisco, se podrían establecer otras fechas para hacer frente al pago fraccionado. Pero, de hacerlo, se podría aplicar un interés fijo del 3,75% tal como se estableció en los Presupuestos Generales del Estado (PGE).
Cómo aplazar el pago de la declaración de la Renta
Si el resultado de la declaración sale a pagar y se quiere fraccionar su pago, hay que marcar la casilla de “Pago fraccionado” dentro del mismo servicio de Renta Web (el sistema para hacer las declaraciones por internet). Por defecto, normalmente aparece automáticamente marcada la opción, calculando el sistema la cantidad que se debe abonar en cada pago. Después hay que seleccionar el método con el que se quieren efectuar dichos pagos, siendo los siguientes:
- Domiciliación bancaria: solo hay que introducir el IBAN de la cuenta.
- Pago electrónico: se puede elegir pagar con cargo en cuenta, tarjeta de crédito/débito o mediante banca electrónica.
- Acudiendo presencialmente a una entidad bancaria: se descarga un documento de pago para ingresar el dinero en el banco. Al principio, la declaración quedará como presentada pero “pendiente de ingreso”. Se puede establecer el pago hasta el 30 de junio.
¿Por qué sale la declaración a pagar?
Cuando la declaración de la Renta sale a pagar es porque el Estado ha retenido menos dinero del que le correspondía durante el curso fiscal. Por ello, cuando se presenta la declaración se ejecuta una compensación: se debe entregar a la Agencia Tributaria la diferencia entre lo que retuvieron a lo largo de dicho ejercicio y lo que realmente se tendría que haber pagado en impuestos.
Hay que recordar que el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), es un impuesto progresivo. Por ende, se aplica según los ingresos percibidos: cuánto mayor sean los ingresos, mayor será la base imponible y el tipo impositivo que se aplica. De ese modo, existe la creencia de que si se tienen dos o más pagadores se debe pagar obligatoriamente por la declaración de la Renta.
Esto, realmente, no tiene por qué ser así: si se ajusta el IRPF correctamente a la situación del trabajador, la declaración no tiene que resultar positiva. Si ocurre, tocando pagar a Hacienda, es porque la mayoría de empleadores establecen las retenciones de dicho impuesto sin tener en cuenta al resto de pagadores: por ese motivo el trabajador, aunque no lo sepa, estaría pagando unas retenciones por debajo de lo que le corresponden. Así, como se ha explicado anteriormente, tendría que pagar la diferencia al momento de presentar la declaración de la Renta.
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