"El precio del aceite de oliva no va a bajar a corto plazo pero si sigue lloviendo, lo hará el año que viene"

El agricultor Tomy Rohde, con más de 53.000 seguidores en redes sociales, describe el trabajo en el campo y explica qué pasará con el precio del aceite de oliva a corto y medio plazo.

El agricultor Tom Rohde en medio de un olivar.
El agricultor tuitero Tomy Rohde en el campo. Cedida
Berta F. Quintanilla

Tomy Rohde es su nombre de guerra, de trabajo, de agricultor. El campo y el aceite de oliva, su modo de vida. Con más de 53.000 seguidores en redes sociales, ha conseguido aupar su conocido como 'aceite de Tom' al top de productos más comentados en X (antes Twitter). Le preocupan las condiciones laborales de quienes, como él, se dedican al complejo mundo del olivar. El precio del aceite de oliva, al alza desde hace meses, no va a bajar "de momento". Pero si el tiempo mejora y el olivo respira "empezará a cambiar esta tendencia el año que viene". 

El problema es que, ahora, cuando toca pasar por caja, el alto precio duele en el bolsillo a los trabajadores. “Llevamos cinco años de sequía, todos desastrosos, pero la preocupación se está viendo ahora”. Esto pese al intenso trabajo de quien labora en el campo. Para quienes no existen más días libres o vacaciones que las que les da la naturaleza. Unas condiciones laborales autoimpuestas pero con las que se siente vivo. "Mirar hacia arriba y ver que no hay techo, hacia atrás y ver el trabajo realizado... eso no tiene precio", ha señalado en una entrevista a Noticiastrabajo. La tierra es agradecida, y sus aceitunas también.

Él no fue siempre agricultor. Comenzó estudiando Derecho y Administración y Dirección de Empresas, pero la vida le puso por delante la oportunidad de ganarse la vida en el campo. No tenía redes sociales “pero me las hice porque a la gente le gustaban mis bromas”. Con la crisis del covid, “empezaron a interesarse más por lo que estaba haciendo”. Ahí es donde va informando de cómo van las ventas de su cotizado 'aceite de Tom' o del día a día en el campo.

El ‘boom’ del ‘aceite de Tom’

No fue hasta que se sentó a diseñar su propia etiqueta cuando su venta de aceite de oliva virgen extra comenzó a despegar. “Me decían que ya era hora de que tuviera una etiqueta propia. Con el Paint diseñé una, a la gente les gustó mucho”. Era su primera marca personal. “Quise cambiarla, pero se me echaron encima”.

Una vez consolidada su marca, toca echar una mirada al precio del aceite en el supermercado. “Me doy cuenta del ingenio del supermercado, que lo llaman aceite 0,4 o intenso para que los clientes no perciban que no es virgen extra. No es de primera calidad, pero se vende como si lo fuera”. 

Cuando hace unos días dio a conocer el precio de su ‘aceite de Tom’ en sus redes sociales, “muchos me decían que ellos iban al supermercado porque era más barato. Pero ¿sabes qué pasa?, que sí, es más barato pero la calidad no es la misma”. Esta guerra “psicológica” tiene que ver con que “hay más salida de aceite que aceite disponible”. El año pasado se dijo que el almacenaje en almazaras terminaría en septiembre y este año se está comentando que en junio”.

Tom Rhode trabajando en el campo.
El agricultor Tom Rohde durante su jornada de trabajo | Cedida

“El aceite se ha vuelto un bien escaso”

La sequía que arrastra el campo, de 5 años, ha hecho que estos años se haya producido menos aceite. “En 2023 se notó también pero había existencias. Ahora hemos terminado con ellas y se aprecia más”. Los motivos están claros. Y es que, el olivo, al igual que cualquier humano “también tiene estrés, producido por las horas de calor y la falta de agua”. Se ha quemado la flor del olivar pero “el consumidor tiene poca memoria para esas cosas”.

Al igual que tampoco ve cómo los agricultores se levantan de madrugada para comenzar su jornada en un trabajo que “no cambiaría por nada” y al que se niega a referirse como empleo, ya que “es un modo de vida”. “Hay semanas en las que trabajas sin descanso y otros días en los que no puedes por lluvia, viento o simplemente, porque no hay nada”.

“El campo es libertad, veo el cielo, en la oficina ves techo. Cuando miras hacia atrás descubres lo que estás haciendo: das de comer a la gente, cuidas la naturaleza. Estás frente a ella todos los días del año”. 

El precio del aceite seguirá subiendo a corto plazo

A corto plazo, el precio del aceite de oliva no va a bajar. Al contrario, va a seguir al alza. Pero si sigue lloviendo, el año que viene habrá mejor cosecha y bajará. Y si sigue así, al siguiente lo hará aún más”. Pero, hay que tener en cuenta que, con este crecimiento en el coste del oro líquido “a la gente le ha dado por plantar olivos”, ha explicado Rohde.

Pero, ¿para qué? “Ha habido una explosión en este sentido. Luego venden la aceituna a la fábrica”. Y, como consejo, Rhode aboga por preservar e impulsar el trabajo de quienes, como él, viven del campo. “La calidad del aceite de almazara es más alta”.

Pide a los consumidores, a las familias de a pie, a quienes buscan más calidad en el aceite, que piensen en los trabajadores del campo. Como él, muchos se encuentran con subidas en la logística. “Sube el precio del carburante, es más caro el transporte o mover los tractores. Ahora se paga el gasoil a 1,30 euros y no hace tanto estaba a 0,50 céntimos”. Además han subido el abono, los fitosanitarios “y el euríbor”, señala con ironía Tomy Rohde. 

Todo está más caro, pero no es algo que entienda todo el mundo. “Una vez me dijo una señora que, si algo estaba vendiendo, algo estaría ganando. No entienden que no es sólo vender, que los agricultores tenemos que pagar prácticamente a diario”.

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