El Consejo de Ministros aprobó este martes el anteproyecto de la nueva ley antitabaco que equipara las restricciones del cigarrillo electrónico a las del tabaco combustible y prohíbe fumar y vapear en terrazas, además de en piscinas, marquesinas y otros espacios al aire libre. Con esta decisión, el Ejecutivo abre la tramitación formal de una reforma de la Ley 28/2005 que iniciará audiencia pública y, tras nuevos informes, llegará a las Cortes como proyecto de ley. La titular del Ministerio de Sanidad, Mónica García, defendió que se trata de una norma “ambiciosa” y “basada en la evidencia”, aunque otros estudios demuestran lo contrario.
Hostelería de España ha reaccionado con un comunicado en el que califica de “desproporcionada” la prohibición en terrazas y pide al Gobierno “reconsiderar” la medida. La organización sostiene que su eficacia sería “muy limitada” y que puede trasladar las reuniones a domicilios (con peor ventilación) o generar acumulaciones de fumadores en las inmediaciones de los locales, además de cargar a camareros y encargados con funciones de vigilancia que “no les corresponden”.
La patronal explica, además, el impacto turístico y de imagen país, pues España pasaría a ser “una excepción” en Europa, donde Francia ha excluido expresamente las terrazas de su nuevo veto general al aire libre, mientras Suecia mantiene desde 2019 una prohibición total en zonas de restauración exterior y otros espacios. “Es fundamental garantizar la convivencia y evitar la imposición de cargas adicionales a los profesionales del sector”, afirma su presidente, José Luis Álvarez Almeida.
Pero la cosa no acaba aquí, pues según los datos de afiliación del Ministerio de Trabajo muestran que durante el mes de agosto se llegó a los 2 millones de trabajadores afiliados a la Seguridad Social por segundo mes consecutivo, que supone cerca de 37.000 afiliados más que en el mismo mes del año anterior (+1,9%). Este buen dato podría verse afectado por la nueva del tabaco o en otras palabras, menos puestos de trabajo.
Como respaldo demoscópico, la entidad aporta una encuesta de 40dB, en el que el 69,3% de los consultados preferiría campañas de concienciación frente a la prohibición; más del 56% no ve urgente el veto en terrazas y el 85,2% cree que se seguiría fumando en las inmediaciones. Un 62,6% apunta a un posible deterioro de la imagen turística.
El marco europeo ofrece lecturas distintas. Francia ha extendido su política de espacios sin humo a playas, parques y paradas desde el 1 de julio, pero sin incluir las terrazas ni el vapeo en esa medida; Suecia, por el contrario, prohíbe fumar y vapear en zonas de restauración al aire libre desde 2019 como parte de su estrategia hacia un país libre de humo.
En paralelo a la ley, Sanidad tramita un real decreto sobre sabores en vapeadores y bolsas de nicotina que quedó en “standstill” en el sistema TRIS tras seis dictámenes razonados (Rumanía, Hungría, Chequia, Italia, Suecia y Grecia). La CNMC avala reforzar la prevención, pero reclama más evidencia empírica y proporcionalidad antes de imponer restricciones generales.
El debate sanitario ya no es si fumar es dañino, que lo es, sino qué combinación de herramientas acelera más la caída del tabaquismo o dicho de otras, qué es lo mejor para dejar de fumar. El NHS recuerda que el vapeo implica “una fracción” del riesgo de fumar y puede ayudar a dejar el tabaco en adultos, con claras salvaguardas para menores y no fumadores.
Para finalizar, Álvarez Almeida dice que “las terrazas son un espacio clave para la vida social y económica del país, y cualquier decisión debe valorar con seriedad su impacto real en términos de empleo, actividad empresarial, competitividad turística y experiencia de los clientes”.
