La Asociación Española de Usuarios de Vaporizadores Personales (ANESVAP) ha llamado a movilizarse contra el nuevo anteproyecto de Ley del Tabaco, actualmente en audiencia pública. “Nos están vendiendo humo”, sostiene la entidad, que acusa al Ministerio de Sanidad de “estigmatizar” a los vapeadores y “tergiversar datos científicos” al asimilar los dispositivos electrónicos al tabaco combustible. A su juicio, el resultado sería “empujar a miles de exfumadores de vuelta al cigarrillo” o al mercado negro de líquidos y aparatos. Las críticas llegan tras la aprobación del texto por el Consejo de Ministros y su publicación para alegaciones.
El borrador legal amplía el ámbito de la Ley 28/2005 a los llamados “productos relacionados” (entre ellos, los cigarrillos electrónicos, con y sin nicotina) y refuerza la protección de menores, pues por primera vez, se prohíbe también su consumo (además de la venta) a los menores de edad. El texto extiende las zonas sin humo y sin vapeo (incluidas terrazas, piscinas o marquesinas), veta la publicidad y el patrocinio de estos productos, y prohíbe la comercialización de dispositivos desechables con un periodo transitorio de 12 meses para agotar existencias.
Sanidad argumenta que los cambios responden a la evolución del mercado y a la necesidad de “espacios saludables”, y subraya que los electrónicos quedan sometidos al mismo marco de restricción publicitaria que el tabaco. El propio anteproyecto identifica como novedad la prohibición de venta y suministro de cigarrillos electrónicos de un solo uso y actualiza el régimen sancionador.
En paralelo al anteproyecto, el Ministerio tramita una modificación del Real Decreto 579/2017 que introduce el empaquetado uniforme y contempla restricciones a los sabores en los cigarrillos electrónicos (medida pensada para reducir su atractivo entre jóvenes), además de regular los dispositivos sin nicotina y nuevas categorías como las bolsitas de nicotina. Ese borrador, sometido a audiencia pública, menciona expresamente “medidas de restricción de los sabores” y fija cambios de etiquetado.
Aumento del consumo del tabaco tradicional
Para Ángeles Muntadas-Prim, presidenta de ANESVAP, “las nuevas prohibiciones sobre alternativas menos dañinas son un sinsentido”. La asociación denuncia que “igualar el vapeo al tabaco de combustión” fomentará el retorno al cigarrillo y empujará a muchos usuarios a fabricar líquidos caseros o a acudir al mercado negro.
“Una prohibición no elimina un producto: solo lo vuelve invisible para la ley y más peligroso para quien lo consume”, añade el portavoz Julio Ruades. La entidad insiste en que el foco debería ponerse en cerrar el paso a los menores en la venta física y online, con controles efectivos de edad y vigilancia del comercio ilícito.
La venta a menores de productos con nicotina ya estaba prohibida desde la transposición de la directiva europea en 2017, pero la novedad del anteproyecto es sancionar también el consumo por menores, además de extender los lugares libres de humo y aerosol.
Sanidad fundamenta su reforma en la carga de enfermedad atribuible al tabaco (más de 50.000 muertes anuales en España, según datos citados por sociedades científicas) y en el auge de los productos electrónicos entre adolescentes, ya que el propio documento oficial del Ministerio recoge que el 54,6% de los jóvenes de 14 a 18 años ha probado alguna vez estos dispositivos y que la prevalencia de uso en ese tramo pasó del 14,9% en 2019 al 26,3% en 2023.
