Los españoles centran una gran parte de sus conversaciones hoy en el problema de la vivienda y no es para menos, ya que los precios no paran de subir y cada vez es más difícil para los jóvenes acceder a la compra de una primera vivienda. El debate se ha trasladado incluso desde la calle hasta los economistas y cada vez son más los expertos en finanzas que opinan al respecto, como lo hizo Gonzalo Bernardos hace unas semanas.
Este es el caso de Natalia de Santiago, una experta en finanzas y economía que ha querido reflejar su postura sobre el debate entre alquilar o comprar una vivienda, ahora que el mercado del alquiler está totalmente tensionado. En su opinión, alquilar no es “tirar el dinero”, como muchos otros expertos inmobiliarios o economistas defienden. En contra de este mito, la experta en finanzas cree que la decisión de comprar o alquilar debe depender de las circunstancias personales, la edad y la estabilidad económica de la persona, tal y como expresó en una intervención en el pódcast ‘Tenía la duda’.
Comprar es algo pensado para largo plazo
“Siempre digo que no, que alquilar no es derrochar”, afirma Natalia de Santiago, ya que para ella adquirir una propiedad solo compensa cuando se piensa a largo plazo. “Durante los primeros años de una hipoteca se pagan sobre todo intereses y pocos amortizaciones de deuda, por eso la rentabilidad de comprar tarda en llegar”. En ese sentido, advierte de que la compra no siempre es la mejor inversión, especialmente cuando existen dudas sobre la estabilidad laboral o la posibilidad de cambiar de ciudad.
La especialista admite que, en el corto plazo, alquilar puede ser una decisión más sensata, sobre todo para jóvenes profesionales que necesitan movilidad o se encuentran en plena etapa de desarrollo laboral. No obstante, introduce una advertencia fundamental: “El problema que tiene el alquiler es que se pone muy crudo de cara a la jubilación”. De Santiago insiste en que afrontar la vejez sin una vivienda en propiedad puede suponer un gran desafío económico, ya que, a diferencia de una hipoteca, el alquiler no se “acaba de pagar nunca”.
Tener una casa en propiedad cuando eres joven te podría atar financieramente
Su reflexión parte de una visión basada en el ciclo vital: durante los primeros años de carrera, explica, la prioridad debe centrarse en el crecimiento personal y profesional. “Cuando eres joven, tu mayor activo no es la casa, sino tu capacidad de generar ingresos”, señala. Por este motivo, anima a destinar los recursos a la formación, la movilidad o incluso a emprender antes que comprometerse con una hipoteca. “Que dejes pasar una oportunidad de crecimiento por no querer moverte de casa puede ser un error financiero”, añade.
Sin embargo, la perspectiva cambia al llegar a una etapa más consolidada. “A partir de los 40 hay que planteárselo muy seriamente”, afirma. De Santiago considera que disponer de una vivienda en propiedad representa una ventaja decisiva para la jubilación, al eliminar uno de los principales gastos fijos del presupuesto. “Jubilarse siendo inquilino no es imposible, pero sí mucho más difícil: necesitas haber ahorrado muchísimo más dinero”, advierte.
Su enfoque, por tanto, no es el de una receta única, sino el de una estrategia que debe adaptarse a cada etapa vital y al nivel de estabilidad económica de cada persona. Entre los fallos más habituales que observa en la franja de edad entre los 20 y los 40 años, destaca uno especialmente relevante: no empezar a ahorrar para la jubilación con la debida antelación. Para reducir ese desfase, De Santiago sugiere aprovechar el poder del interés compuesto, “una herramienta que permite ganar mucho dinero ahorrando poco, siempre que se tenga tiempo”. La experta concluye que la constancia y la planificación son esenciales para llegar a la jubilación con seguridad, tanto si se opta por comprar como si se decide seguir alquilando.

