Una mujer huye de la casa de sus sueños dos noches después de comprarla por un mal presentimiento: “No puedo quedarme allí, tengo miedo”

Abandona la vivienda porque le causaba malas sensaciones y descubre que la anterior dueña ya había realizado un ritual para “expulsar malas energías”.

Una mujer saliendo de una casa con una maleta |Envato IA
Fecha de actualización:

Las historias de casas encantadas son infinitas y en España hay muchas de ellas conocidas que en días como hoy, Halloween, cuyas historias cobran fuerza. Se crea o no, estas historias existen y algunas personas aseguran recibir la energía de algunas de estas viviendas. Pero esto no siempre se da en casas que parecen salidas de una película, también ocurren en apartamentos que podían ser el hogar ideal de cualquier, y fue justo lo que le pasó a una compradora, que tras adquirir su primera vivienda solo necesitó dos noches para decidir que no podía vivir allí.

Tras décadas de alquiler en París, la mujer de unos cincuenta años, decidió, por fin, dar el paso, comprar un piso de un dormitorio, reformado y decorado con estilo, en pleno centro, por más de 400.000 euros. Según la información publicada por el medio francés Figaro Inmobilier, fue amor a primera vista.

No puso condiciones, ni regateó el precio. Incluso quiso adelantar la firma ante notario para mudarse cuanto antes. La vendedora la recibió con champán, bombones e incluso una nota de bienvenida, algo que auguraba que su futuro en la casa sería perfecto, pero esa alegría le duró poco.

Tras dos noches en casa de sus padres tuvo que volver a la casa de sus padres

Aunque todo parecía idílico, apenas dos noches después de instalarse, la nueva propietaria recogió sus cosas y volvió a casa de sus padres. 

La agente inmobiliaria que le vendió la vivienda se interesó rápidamente por el motivo de que abandonara la casa por la que parecía tan ilusionada, pensando que podía deberse a algún problema de goteras o de vecinos ruidosos, pero la respuesta que recibió fue totalmente inesperada. 

“No puedo quedarme allí, tengo miedo. No sé por qué, pero no me siento bien”. Ni goteras, ni ruidos, ni vecinos conflictivos. Simplemente, un mal presentimiento que se convirtió en insomnio y ansiedad, hasta hacer imposible la vida en el apartamento.

El piso necesitaba una limpieza energética

Intentando desvelar lo ocurrido en el piso, la agente recurrió a la antigua propietaria que le dio una explicación. “Ese apartamento necesitaba una limpieza energética”, confesó. Según relató, antes de mudarse, realizó un ritual para “expulsar espíritus”, convencida de que en el piso se sentía el sufrimiento de una mujer solitaria. “Percibí la energía de alguien que había padecido mucho”, admitió.

La nueva propietaria, incapaz de superar su temor, renunció a vivir en la vivienda con la que tanto había soñado, y actualmente tiene el piso alquilado mientras ella ha vuelvo a vivir de alquiler en otro lugar. 

Otras noticias interesantes

Lo más leído

Últimas noticias