Es cierto que la gran mayoría de las estafas que se realizan a través de la publicidad suelen venir a través de medios online, como el correo electrónico o los mensajes, siendo el phishing una de las técnicas que más se han incrementado en los últimos tiempos. Pero una nueva técnica está llamando la atención de propios y extraños últimamente porque no utiliza mensajes virtuales, sino papel físico, en concreto se hace a través de los clásicos panfletos de publicidad que se dejan en el parabrisas de los coches.
Una de las formas de publicidad más antiguas que se recuerdan, el típico folleto que te dejan en el buzón o en el parabrisas del coche, ahora puede suponer una amenaza. No es la primera estafa que vemos donde utilizan el parabrisas del coche para colocar el señuelo. Aunque aparentemente se trata de una forma de publicidad nada agresiva y más bien inofensiva, donde el vendedor no insiste, ahora puede tratarse de una estafa planeada por la persona que te deja el panfleto. A veces no intentan vender algo, sino comprarlo… y es ahí donde puede estar el engaño.
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El flyer adecuado en el momento equivocado
Están por todas partes. En los estacionamientos de los supermercados, frente a la oficina, debajo de tu casa. Un papel debajo del limpiaparabrisas te dice que sí, que de verdad están interesados en tu coche. No importa el modelo, el año ni el kilometraje. Lo importante es que los llames. El tono siempre es el mismo: amable, directo, casi urgente. Te ofrecen el dinero en efectivo, al instante, sin hacer demasiadas preguntas.
Esto puede ser el signo de alarma para que estemos atentos, cuando encontramos un flyer en el parabrisas en el que nos ofrecen dinero por nuestro vehículo sin preguntar el modelo ni nada. Porque nadie, en 2025, comprará un coche con una nota mal escrita de dos líneas y un número de móvil. Y, sin embargo, funciona. Los informes lo confirman.
También porque quienes caen en la trampa no son ingenuos: a menudo, simplemente están tentados. Quizás realmente querían vender el coche, quizás pensaron que sería sencillo, rápido y sin esfuerzo. Pero lo que parece un buen negocio con demasiada frecuencia se convierte en algo que parece más una estafa. O algo peor.
Qué pasará con mi coche si caigo en la trampa
Lo más normal es que toda persona que esté detrás de un folleto de este tipo no esté interesado realmente en tu coche o, por lo menos, de la forma que crees. La mayoría de las veces, el objetivo no es el coche, sino la forma de compra. Ofrecen pagar en efectivo, sin formalidades ni documentos. Te dicen que tienen prisa, que no pueden esperar, y es entonces cuando, a menudo, te sobornan y se lo llevan todo. Todo menos la propiedad.
El problema es que, sin recibo, sin contrato, sin nada, sigues siendo el propietario registrado del vehículo. Si ese coche se revende en el mercado negro o se usa para otros fines, serás tú quien tenga que rendir cuentas. Y ya ha sucedido antes. El precio que prometen es solo un señuelo. Porque no hay ningún trato real detrás, sino una forma de blanquear coches o usarlos en operaciones que no son legales.
Y en ese momento, cuando te das cuenta de que algo no va bien, ya es demasiado tarde. Por eso el consejo siempre es el mismo: si encuentras un folleto que dice "Compro un coche al contado", mejor déjalo ahí. Y si realmente quieres vender, lo mejor es elegir un canal confiable, rastreable y seguro.