Disfrutar de las vacaciones de verano es el objetivo soñado por cualquier trabajador cuando llegan los meses de junio, julio, agosto y en algunos casos, incluso septiembre. Por eso, una familia británica de nueve personas había reservado su destino con más de un año de antelación. Las Islas Griegas fueron las elegidas y lo tenían todo listo, ya habían pagado más de 9.000 euros por los vuelos y el alojamiento en la Isla de Cos.
Pagar una fortuna por disfrutar de unas vacaciones en Grecia y terminar buscando un alojamiento de urgencia, durmiendo separado de la familia o entrar en una casa de alquiler y encontrarse de frente con un desconocido en calzoncillos, son algunos de los problemas que han encontrado tanto la familia de Jenny Sykes como la de Sandra, que eligieron el mismo destino. “Sólo queríamos desconectar y relajarnos, pero no hemos podido hacerlo”. Y con razón.
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Unas vacaciones soñadas, hasta que todo falla
La historia se ha hecho viral rápidamente en Reino Unido, antes de volar, la familia ya tenía confirmada la reserva ni más ni menos que para 9 personas. Al llegar al hotel, lo primero que les dijeron, les hizo quedarse helados. “No hay sitio”. Y es que, como pudieron comprobar, no quedaba nada, ni una cama libre a pesar de haber pagado 9.000 euros.
La historia ha sido publicada tanto en redes sociales como en varios medios de comunicación, donde explican que la familia tuvo que preguntar en otros hoteles de la zona para ver si quedaban habitaciones. “Para poder coincidir y vernos, dependíamos de los taxis” y mientras tanto, llamaban a la compañía aérea EasyJet o a cualquiera de las empresas con las que habían hablado para realizar la reserva.
“Cuando vas de vacaciones lo que no esperas es estar yendo y viniendo, estar en contacto con la gerencia del hotel, llamando a la compañía aérea, no esperas tener que hacer esto”, ha explicado la madre de familia y portavoz, Jenny Sykes, a la cadena BBC.
EasyJet les pagó 2.400 euros, pero no es suficiente
La compensación de EasyJet Holidays llegaba poco después de reclamar. Primero les ofrecieron 420 euros, luego 1.320 y tras pelearlo, llegaron a los 2.400 euros. No era ni más ni menos la cantidad que ellos esperaban ya que, como señaló la madre “me gustaría recuperar todo mi dinero, pero si no es posible, creo que la mitad es una petición razonable”.
La asociación de agentes de viajes ABTA, aseguró que se pusieron en contacto con Jenny Sykes (la madre de familia) para comenzar a tramitar su queja. “Como siempre, cuando alguien no está de acuerdo con la oferta de compensación que realizamos, tiene derecho a pedir un sistema de arbitraje”.
A lo que ella contestó que entendía que se pudieran producir errores, pero que debido a la magnitud de este, la compensación debería ser “más generosa”.
Un hombre en ropa interior en el salón
Otra familia, en este caso francesa, también tuvo problemas el año pasado para disfrutar de sus vacaciones. Sandra, su marido y sus dos hijas se marcharon a Corfú gracias a las gestiones que llevaron a cabo con Abritel. Al llegar a Grecia, empezaron a llamar al propietario del apartamento que habían alquilado, pero nadie cogía el teléfono.
Se pusieron en contacto con la plataforma, donde aseguraron que podían ir al piso sin problemas. Pero al llegar encontraron una llave puesta, con la que abrieron la puerta y en el salón había un hombre sin camisa y en calzoncillos. “Nos dijo que llevaba un año sin alquilar la vivienda”. “Nadie se quiere hacer responsable”, destacó la madre.