Es indiscutible que la pandemia avivó los problemas de salud mental, en aumento durante la última década. El incremento de los trastornos de ansiedad, depresión y cuadros de estrés postraumático, así como el aumento de conductas autolíticas a partir de 2020, hizo evidente la relación de la crisis sanitaria con el empeoramiento de la salud mental de la población. Del mismo modo, la pandemia causó también un aumento de la descompensación de cuadros clínicos preexistentes, como los trastornos de la conducta alimentaria, cuadros psicóticos y conductas adictivas.
Es una relación causal que recoge el informe ‘El sistema sanitario: situación actual y perspectivas para el futuro’ del Consejo Económico y Social de España, que señala la “especial vulnerabilidad” de algunos segmentos como los integrados por personas con problemas de salud previos, las personas trabajadoras del sector sanitario, las personas con menos recursos económicos o las mujeres, por la “desigual carga de responsabilidades”. A lo que se suma, además, el “preocupante incremento de casos en la población infantil y adolescente, indesligable de la transformación de los estilos de vida, las pautas de ocio y los nuevos modos de socialización en los que las tecnologías digitales han adquirido un enorme protagonismo”.
A tenor de este fenómeno, un informe del Sistema Nacional de Salud, de 2022, detalla que casi 4 de cada 10 personas padece algún trastorno de salud mental: el 37% de la población, proporción que aumenta al 75% entre las personas de 75 y más años, con un predominio de mujeres. Estos datos concuerdan con las consultas registradas en la Atención Primaria, según el informe, que añade el alarmante número de fallecimientos por suicidio, que en 2022, según datos aportados del Observatorio del suicidio en España, ascendió a 4.097: una media de 11,2 personas al día, siendo mayoría los hombres, que representan el 74% frente al 26% de mujeres.
Segunda causa de incapacidad temporal y permanente
El aumento de los problemas de salud mental también se reflejan en el trabajo. En el informe, explican que la salud mental es una dimensión esencial de la calidad de vida de las personas, al mismo tiempo que es un factor esencial de integración laboral y productividad: “No en vano, los problemas de salud mental constituyen la segunda causa de baja laboral, temporal y permanente, después de las enfermedades osteomusculares”.
Siguiendo con su impacto en el marco laboral, según estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el coste total de los problemas de salud mental representan el 4% del PIB en los países de la Unión Europea distribuidos en 190 mil millones de euros de gasto directo en asistencia sanitaria, 170 mil millones de euros en programas de seguridad social y aproximadamente 240 mil millones de euros de costes indirectos para el mercado laboral, “debido a la reducción del empleo y de la disminución de la productividad laboral”.
En España se estima un coste de los problemas de salud mental, equivalente al 4,2% del PIB. En este sentido, según datos del Ministerio de Sanidad, solo el coste de la depresión en España supera los 6.000 millones de euros, y las pérdidas de productividad por bajas laborales y prematuras representan el 67% de esos 6.000 millones de euros. Al respecto, se estima que esta enfermedad será el principal problema de salud en 2050.
A pesar de todo ello, el informe señala que la salud mental representa una porción reducida de los recursos del sistema en términos de personal especializado, contando con 10 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, una tasa inferior a la media de UE y muy inferior a la de algunos países como Alemania, Bélgica o Polonia. En relación a esto, el estudio recoge que se ha registrado un aumento de las consultas en Atención Especializada (Psiquiatría) a lo largo de la última década, pasando de las cerca de 14.000 consultas en 2010 a 26.000 en 2021.
En paralelo, destacan que “la insuficiencia” de los recursos destinados a la atención a la salud mental en el Sistema Nacional de Salud ha propiciado el auge del sector privado en esta área asistencial, de modo que 8 de cada 10 consultas en psiquiatría se realizan en ese sector, mientras que el sistema público responde solo de 2 de cada 10. Esto supone un gasto para la mayoría de los pacientes, lo que puede desembocar en “una situación de cuidados inversos, recibiendo menos atención quienes más los necesitan”, atendiendo a que precisamente “los segmentos con menos recursos económicos son precisamente los más expuestos al riesgo de padecer problemas de salud mental”.
Problemas de salud mental en la UE
Atendiendo a que los problemas de salud mental son la segunda causa de baja laboral temporal y permanente, es relevante rescatar algunos de los datos aportados por UGT en su informe ‘Salud Mental y Trabajo’, presentando en octubre de 2023:
- Se estima que el 38,2% de la población de la UE padece algún tipo de trastorno mental cada año, siendo la ansiedad (14%) el trastorno más habitual, seguida del insomnio (7%) y la depresión grave (6,9%).
- Más del 25% de los trabajadores de Europa padecen un estrés laboral excesivo.
- El 51% de los trabajadores de la UE afirman que el estrés es habitual en su lugar de trabajo y casi el 80 % de los mandos se muestran preocupados por el estrés laboral.
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