"Espero que incluso mis peores críticos se queden en Twitter, porque eso es libertad de expresión", publicaba Elon Musk en su cuenta de la red social del pajarito azul apenas horas antes de anunciar oficialmente una noticia que puede marcar un antes y un después. Así adelantaba, a su manera, con Wall Street cerrado y para un hecho de tales dimensiones, que compraba la plataforma después de que el consejo de administración accediera a aceptar esos 44.000 millones de dólares. Unos 41.000 millones de euros al cambio.
Además, tal y como se ha anunciado, Twitter dejará de cotizar en bolsa después de que el CEO de empresas como Tesla o Space X pagara 54,20 dólares por acción en la compra. Un acuerdo que fue aceptado por la totalidad de miembros de la ya antigua junta directiva, justificado por “el valor, la certidumbre y la financiación” de la propuesta de Musk, y que se espera que se materialice en términos legales a lo largo del año, con una revolución preparada. Esto significa que se privatiza, que el magnate no tendrá responder al por qué de sus decisiones. Tendrá carta blanca.
La red social más influyente para la persona más rica del planeta, sin cortapisas y con ideas revolucionarias, coma la configuración de un mundo con coches voladores, robots trabajadores y una renta universal. ¿Habrá alguna peculiar razón detrás?, ¿qué planea uno de los personajes más excéntricos del planeta? Por ahora, lo único que ha admitido es que ha pagado tal cantidad por “la libertad de expresión”. Es decir, que lo compra para mejorarlo, no por dinero ni influencia.
¿Qué hará Elon Musk con Twitter? Los cambios que planea
Nadie sabe a ciencia cierta la idea que tiene el empresario sudafricano con Twitter después de convertirse en amo y señor al pagar un 38% más de lo que valía cuando adquirió un 9% de sus acciones haca tan solo un mes, el pasado 1 de abril. Sus misteriosos planes en torno a la “libertad de expresión” y sus precedentes, usándola para ‘calentar’ la valoración del bitcoin, generan incertidumbre.
"La libertad de expresión es el cimiento de una democracia funcional y Twitter es la plaza digital del pueblo donde los asuntos vitales para el futuro de la humanidad se debaten. También quiero hacer Twitter mejor que nunca al potenciar el producto con nuevas características, convertir los algoritmos en fuente abierta para incrementar la confianza, vencer a los 'bots' de 'spam', y autentificar a todos los humanos", avanzó Musk tras el anuncio.
Por tanto, apostar por el código abierto, hacer transparente su algoritmo, es la gran idea secundaria que permitirá el nuevo concepto de libertad de expresión sobre el que se configurará Twitter. El objetivo es permitir todo el discurso legal que se quiera, que no haya restricciones ni moderaciones alguna, como sí que contempla ahora hoy su política. Habrá cabida, por tanto, para la desinformación, el discurso de odio, el acoso o el spam gracias al nuevo algoritmo, que inhabilitará las actuales leyes de censura.
Además, también existirá la novedad de editar los tuits, una posibilidad que actualmente no existe y que provoca que en el caso de existir algún error, haya que borrarlo y publicarlo de nuevo. Sin embargo, esta opción tendrá un tiempo limitado. Un tuit no podrá modificarse eternamente. Eliminar la limitación de 280 caracteres o apostar por 'Twitter Blue', un servicio de suscripción en torno a dos euros mensuales para aquellos que no quieran publicidad, son algunas de otras de sus ideas.
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