¿Contestas los WhatsApp al instante? Esto es lo que dice la psicología

Psicólogos y psiquiatras confirman que este rasgo de tu personalidad te hace estar más disponible, entre otras peculiaridades.

Una mujer contestando al WhatsApp Canva
Redacción Noticiastrabajo

WhatsApp es una de las aplicaciones de mensajería instantánea más usadas en el mundo y la principal de España. Ya son más de 10 años desde su lanzamiento y esto ha supuesto una revolución comunicativa, ya sea a nivel personal o profesional.

La inmediatez con la que podemos contactar unos con otros ha facilitado exponencialmente las relaciones sociales de la población y la posibilidad de estar en comunicación constantemente, sin depender de factores como la distancia o la actividad que se desempeña en cada momento. 

La fluidez de este medio de comunicación favorece un ambiente en el que, estar constantemente con el móvil en la mano, es de todo menos una rareza. Da igual donde nos encontremos, incluso si estamos en nuestro puesto de trabajo, es común que estemos constantemente respondiendo mensajes y manteniéndonos ‘en línea’. 

Aun así, hay personas más propensas reducir los tiempos de respuesta que otras. Mientras que algunas tienden a mostrarse despreocupadas de los mensajes y a responder solo cuando pueden o les apetece, hay un tipo de usuario que prioriza dejar sus mensajes a cero y que se encuentra pendiente en todo momento de no dejar a nadie ‘en leído’.

Qué dice la ciencia de los ‘Prontomaníacos’

Para entender mejor a esas personas que están constantemente disponibles para su comunidad de WhatsApp se ha usado el término ‘Prontomanía’, que explica la necesidad de tener todo y gestionarlo de manera inmediata. 

Para muchos, esta premura para contestar mensajes es una muestra de organización y eficacia. Este tipo de personas no se sienten cómodas sabiendo que tienen lo que ellos entienden como ‘tareas pendientes’, así que se ven en la constante necesidad de ir tachando deberes de la lista. Para otros, representan la amabilidad, la educación o el grado de compromiso que se tiene con el receptor de los mensajes.

Sin embargo, la ciencia difiere bastante de todos los aspectos positivos mencionados anteriormente. Varios psicólogos ratifican que este tipo de conductas nacen de la ansiedad, el miedo y una necesidad de reconocimiento a través de quedar bien con los demás. La realidad es que esa sensación de bienestar no es más que una adicción equiparable a la que muchos sienten por los 'likes' en redes sociales.

Uno de los patrones de conducta más destacados entre los obsesionados con las respuestas inmediatas es el fenómeno FOMO (Fear of Missing Out o miedo a estar ausente). Como explica el Psiquiatra Manuel Cassinello, el efecto FOMO es uno de los grandes detonantes de ansiedad social que se puede experimentar en la actualidad. 

Esta sensación tiende a avivarse cuando se acumulan varios mensajes en un grupo de WhatsApp o cuando dejas a medias una conversación por la imposibilidad de tener el móvil en la mano. Ese miedo a quedar fuera de un movimiento social o a ser juzgado por otros, es capaz de generar un nivel de estrés del que no somos conscientes. Reforzando esta teoría, un estudio de Granada ha demostrado que lo que genera la adicción no es el teléfono móvil, sino la interacción social a través de él.

5 claves para la desintoxicación digital, según la OCU

Conscientes de la problemática que supone para la sociedad la adicción al móvil y a las redes sociales, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han compartido algunas pautas para desconectarse de los dispositivos:

  • Definir un tiempo mínimo sin internet todos los días. No es necesario tener acceso a internet en cada momento de nuestra vida. Pactar un tiempo de descanso digital favorecerá a reducir el estrés.
  • Establecer zonas libres de dispositivos. El dormitorio o la cocina pueden ser zonas de desconexión y relax.
  • Fija una hora límite para apagar las pantallas. Es recomendable apagar las pantallas una media hora antes de irse a la cama para mejorar la calidad del sueño.
  • Haz limpieza en el móvil. Revisa aplicaciones que no uses y elimina las notificaciones constantes que solo desvían tu atención de lo importante.
  • Incorpora ocio analógico en tu rutina. Practica alguna actividad que no implique recurrir a las pantallas, ya sea de ámbito deportivo o artístico.
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