Blanca Romero, la conocida profesora de ‘Física o Química’, ha sido la primera invitada del programa ‘Mis Raíces’, que se estrenó ayer, jueves, en ‘Cuatro’, de la mano de la periodista Isabel Jiménez. La modelo y actriz, que se ha abierto en canal tratando temas sobre los que jamás había profundizado públicamente, como su maternidad, hace un repaso por los diferentes momentos de su vida en un formato de entrevista donde se descubre el lado más humano y desconocido del protagonista.
Cuando tan solo tenía 21 años, Romero se quedó embarazada de su primera hija, Lucía, y decidió ser madre por su cuenta. Pero asegura que el parto fue la peor parte, donde empezó todo: “Fue muy traumático. Le rompieron las dos piernas a mi hija, estuvo clínicamente muerta porque no había incubadoras de un hospital a otro y la tuvieron que reanimar con el desfibrilador”, confiesa. “Le pasa a un caso de cien, ¿y me tiene que pasar a mí?”
Volvió a trabajar para poder mantener a su hija
La recuperación tampoco fue fácil. Apenas dos meses después de la cesárea, volvía a desfilar en Barcelona, mientras aún no podía ni enderezarse del todo. “Volví al mundillo para poder criar a la niña. Me lo pasaba bien jugando con Lucía, pero no fue fácil”, reconoce.
La propia Lucía, que acompaña a su madre en ciertos momentos durante la entrevista, admite que su infancia no fue muy estable. “No ir a 11 colegios… con dos me valía”, bromea la joven, que agradece lo vivido pero no esconde que, en realidad, la figura materna y paterna la han ejercido sus abuelos.
Romero, coincidiendo con las palabras de su hija, lamenta (de forma sarcástica) no haber podido tener la suerte “de tener un forrado que esté bueno, que me quiera, que me ame, que me ayude a criar a los críos, que me ponga tres nannys…”, señala dinamitando la imagen de la maternidad que tantas veces rodea a muchos de sus compañeros famosos.
El contraste llegó años más tarde, con el nacimiento de Martín, su segundo hijo. Esta vez, Romero quiso hacerlo todo distinto. “Martín tiene una madre totalmente distinta. Tenía mi vida asentada, una casa, una hucha, pude no trabajar dos años y dedicarme única y exclusivamente a él. Lo disfruté y lo padecí en la misma medida”, explica. Así, Martín la describe como una madre “divertida y nada castigadora”, mientras que Lucía recuerda una madre “niña” que aún buscaba su sitio en el mundo.
La crítica que hay detrás de la confesión de Blanca Romero
Detrás de la confesión de Blanca Romero está la crítica a un sistema que deja a las madres solas, sean o no famosas. Ahora piensa en la “pedazo de lección que me puso la vida”. Aunque tiene esperanzas de que esta se la recompense de alguna manera “porque me pone lecciones muy duras”.
Tras haber sobrevivido al “fango”, Romero anunciaba durante la entrevista que todavía espera su mejor momento y sabe que “la felicidad plena está por llegar”, pero, para ello, como ella dice, “me tengo que ir de España”. La actriz desvelaba que se marcha a Estados Unidos, dando así un cambio radical a su vida, donde iría en busca de conseguir lo que era suyo.