El Banco de España lo tiene claro: guardar el dinero en casa no es muy recomendable. De hecho, la Agencia Tributaria estrecha el cerco sobre el dinero en efectivo. Mediante la Ley 11/2021 de prevención y lucha contra el fraude fiscal, en vigor desde el pasado 11 de julio de 2021, no solo existen limitaciones en el pago en metálico o lo que se puede sacar de un cajero, como la reducción del tope máximo de 2.500 euros a 1.000 entre empresarios y profesionales.
También del dinero que uno puede llevar encima fuera de los cauces bancarios. Hay que remarcar que esta práctica, altamente frecuentada hace años por una corriente de temor infundado sobre los bancos, sí es legal y no tiene ningún tope en cuanto a cantidad. Pero hasta un cierto punto.
Es decir, siempre que su procedencia sea lícita y haya sido declarado, para que Hacienda puede constatar que ese dinero no ha sido generado por evasión fiscal o actividades ilícitas propias de la economía sumergida. De lo contrario, uno se expone a multas de mínimo la mitad del importe no declarado.
Y comprobarlo es más difícil con las monedas y billetes. Seguir el rastro del dinero digital, que siempre deja huella de una manera o de otra, es más fácil que hacerlo con el dinero en metálico. De ahí el motivo de que Hacienda ponga toda su maquinaria ‘fiscal’ al servicio del dinero físico. Porque, además, pocos son los casos en los que no se tienen monedas o billetes para emergencias.
El Banco de España aclara cuánto dinero se puede tener en casa
¿Quién no ha escuchado aquello de 'guardar dinero bajo el colchón'? De hecho, aunque una minoría, todavía existen personas que siguen aficionadas a esta práctica. Otra forma de decir que se prefiere almacenar el dinero en casa que en una cuenta bancaria o cualquier otro activo financiero.
Como informa el Banco de España, no existe ningún límite de dinero que se pueda tener en casa. Aunque sí una recomendación: lo que permita cubrir gastos según objetivos y necesidades de cada uno entre seis y doce meses de gastos fijos mensuales y no superarla.
En un supuesto menos radical, para cualquier emergencia que pudiera ocurrir, como pudiera ser que se viviera en una localidad aislada en la que solo hubiera un cajero para sacar dinero y se desatara un temporal de nieve que imposibilitara sacar dinero en efectivo. Esto, cuando se haya declarado, es legal y hasta conveniente, siempre y cuando sean grandes cantidades.
Guardar el dinero en casa provoca su devaluación
No es que vaya a disminuir en cantidad, aunque podría pasar en caso de robo o incendio, si no que pierde su valor. Se devalúa por la inflación, ahora en cifras históricas. El dinero no disminuye, pero no se incrementa. No se le saca beneficio, mientras lo que sí suben son los precios.
En otras palabras, no se aprovecha la inflación para generar interés. De hecho, según cálculos de Efama, de cada 10.000 euros guardados en casa, se habrían perdido casi 100. Este riesgo económico de guardar el dinero en casa es, junto al ya mencionado riesgo fiscal de justificar su procedencia, otro de los potenciales riesgos.
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