Los esperanzadores presagios del Gobierno que auguraban una pronta recuperación económica tras el bache de la pandemia continúan apagándose. En menos de un año, ya alertan de una significativa reducción del crecimiento a nivel global. El mejor ejemplo de ello es la recesión técnica de Estados Unidos.
Y España, a la que se le empieza a asomar el mismo camino, muestra signos claros de declive: desde el mal comportamiento del mercado laboral el pasado mes de julio, hasta la contracción del Índice de Gestores de Compras (PMI), que augura un retroceso en la actividad industrial debido a la reducción de la demanda.
Los cuellos de botella en las redes logísticas se han resuelto y las materias primas moderan sus precios, pero la sensación la materializó ayer la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño, con dos tajantes palabras: “Vienen curvas”, sentenció durante una entrevista en la ‘Cadena SER’.
El Gobierno se “prepara para lo peor”
La guerra en Ucrania y el posible corte del gas ruso es otra dificultad en el escenario económico, pero Calviño también alabó la política monetaria diseñada para combatir la inflación o el impacto de la recesión en la superpotencia americana. Asimismo, trató de mostrar también síntomas esperanzadores, como el incremento de la contratación indefinida, que está dibujando un mercado laboral caracterizado por una “mayor incertidumbre y menor dinamismo”.
“Son muchos los factores de incertidumbre que hacen que sea particularmente difícil tratar de anticipar lo que vaya a suceder. En este tipo de situaciones está claro lo que hay que hacer: prepararse para lo peor. Y es lo que está haciendo el Gobierno, aunque esperamos que no suceda” declaró, sin descartar la recesión a pesar de no referirse a ella explícitamente.
Las previsiones tampoco apuntan a una mitad final de año de respiro tras un verano con la mayor inflación en los últimos 30 años. Todo ello, tras la crisis de la pandemia, explica lo que es el ‘consumo de venganza’. La última voz que se ha sumado a este coro es la del Consejo General de Economistas, que, aunque mantiene su previsión de crecimiento para 2022 en el 3,9%, espera “cierta recesión” en la recta final de este año y el arranque del 2023.
Ante lo sinuoso del camino que viene, Calviño subrayó que “no hay que perder la vista de la carretera y mantener firmes las manos sobre el volante”. España está “en una posición fuerte para encarar la situación”, reafirmó. Concretamente, señaló que “todos los organismos nacionales e internacionales prevén que España crezca al menos un 4% este año y un 2% el año que viene”.
España lidera la expansión de Europa
Los datos revelan que España encabeza el desarrollo de la eurozona con un incremento del 1,1%. Cuatro décimas superior a la media y a una distancia considerable de países con jerarquía como Francia –se expandió un 0,5% en el segundo trimestre– y Alemania, que se quedó prácticamente como estaba.
No llegó a mencionar explícitamente la recesión que ya afecta a Estados Unidos y que empieza a planear sobre una potencia mundial como China, pero la vicepresidenta no lo descartó. Calviño destacó el nuevo techo de gasto español, histórico por la gran cantidad de ayudas aprobadas para contrarrestar el contexto económico actual.
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