Cada vez son más las técnicas que se utilizan para mejorar el rendimiento en el trabajo y ser más productivo, desde alimentos hasta formas de organizarse para mejorar el rendimiento. Está claro que adquirir buenos hábitos en el día a día contribuyen a ser más efectivo durante la jornada laboral.
De este modo, tal y como apuntan desde la revista especializada en empresas Inc, hay investigaciones que apuntan a que una ducha de agua fría al empezar el día ayuda a ser más productivo durante la jornada. Pero esta práctica no es una novedad, ya en el documental de Netflix Goop Lab se destacaron sus beneficios.
¿A qué se debe esto? Según las declaraciones del Dr. Ashwini Nadkarni, psiquiatra asociado e instructor de la Facultad de Medicina de Harvard, la exposición a bajas temperaturas activa el sistema simpático y “debido a la densidad de los receptores de frío en la piel, una ducha fría también puede enviar una serie de impulsos eléctricos desde los nervios periféricos al cerebro, cargando el cuerpo y activando el estado de alerta"
Los beneficios de las duchas frías
Según el psiquiatra, hay estudios que hacen referencia a los beneficios que tienen las duchas frías, de modo que las personas que toman duchas frías de entre 2 y 7 minutos de forma constante tienden a ser más productivos.
Y este no es el único beneficio, tomar duchas frías también ayuda a fortalecer el organismo y ponerse menos enfermo, así lo avala otro estudio en el que se obtuvo el resultado de que los trabajadores que tomaban dichas frías durante 30 días redujeron en 30% sus días de enfermedad y fueron más productivos.
La investigación añade que también ayudan a controlar la ansiedad, mejorar la concentración, cognición y productividad, según la Dra. Amanda V. Porter, enfermera psiquiátrica del Centro Lindner de HOPE de la Universidad de Cincinnati.
El efecto de las duchas frías puesto en práctica
No hay mejor forma de comprobar un hecho que probarlo uno mismo, y así fue el caso de la fundadora y directora de la empresa de cuidado de la piel Primally Pure, Bethany McDaniel, que decidió tomar duchas frías diarias.
De este modo y siguiendo el método Win Hof, empezó a combinar las duchas frías con técnicas de respiración, con el objetivo de mejorar su concentración y dormir mejor.
Las primeras duchas, según la directora, fueron de tan solo 20 segundos a la temperatura más fría que su dicha permitía y poco a poco fue aumentando su duración hasta los 2 minutos.
Después de 7 meses, los resultados conseguidos son sorprendentes y así lo expresa en sus declaraciones “Este ritual me da la mentalidad de sumergirme de cabeza en las cosas en lugar de posponer las cosas".
Pese a que darse una ducha fría no entra dentro de sus cosas favoritas del día, cumple rutina y esta mentalidad se transmite al resto de ámbitos de su vida y su trabajo.
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