Hay un momento en la entrevista de trabajo que todos los candidatos temen. Una pregunta que, nunca falla, siempre acaban preguntando: ¿cuáles son tus debilidades? ¿Cuál es tu mayor defecto? Aunque parezca imposible, se puede salir airoso y dar una buena impresión a los reclutadores. De hecho, hay respuestas brillantes que se pueden dar más allá del ya manido “soy demasiado perfeccionista”.
Para dejar de lado los clichés y diferenciarte de la competencia, lo ideal es confeccionar una respuesta que presente un enfoque positivo. Es decir, que disminuya la connotación negativa que lleva implícita la pregunta. De esa forma, parecerá que, en cierto modo, es también una fortaleza. Pero, ¿cómo se consigue esto? A continuación se muestran una serie de debilidades que se pueden decir en una entrevista laboral. Conseguirás ganarte el favor del personal de Recursos Humanos.
Ejemplos de debilidades en una entrevista de trabajo
Si bien son ejemplos de respuestas que se pueden dar para explicar las debilidades que se tienen como candidato, conviene adaptarlas a la propia situación personal. Hay que recordar que no es bueno llevar cada una de nuestras intervenciones memorizadas hasta el mínimo detalle, pues podrían quedar demasiado ficticias.
“Soy una persona muy crítica conmigo misma”
La crítica, siempre que esté bien fundamentada, es bienvenida. Tanto la individual como la de los demás. Al definirte como una persona autocrítica, darás la impresión de que aprendes de tus errores y te esfuerzas por dar lo mejor. Esto se puede interpretar como un gran compromiso con tu trabajo, algo que todas las empresas buscan.
“Soy una persona muy crítica conmigo misma. A veces me exijo demasiado, lo que me puede llevar a sentir cierta frustración. Ahora sé que la crítica es buena siempre que no se superen ciertos límites. Me pregunto si hay algo que puedo mejorar e identifico errores sin llegar a ningún extremo o a que se pueda convertir en una obsesión”.
“Me cuesta delegar tareas”
Es de hecho uno de los problemas más frecuentes: querer sacar para delante todas las tareas sin pedir ayuda. Esto, más que por una incapacidad de saber trabajar en equipo, se debe de mostrar como un afán de perfeccionismo. Como una responsabilidad autoimpuesta para asegurar que todo se ha efectuado de forma correcta.
“El hecho de ser tan autocrítico conmigo mismo, me ha llevado a ser bastante independiente a la hora de delegar tareas. Tengo siempre que asegurarme de que todo se realiza correctamente, aunque he entendido que debo apoyarme en los demás cuando me vea sobrecargado. Además, he visto que permite una retroalimentación con efectos muy positivos en el trabajo”.
“Soy un poco impaciente”
Más que como un problema de inmediatez, se debe enfocar desde la perspectiva de querer cumplir con todos los plazos. Hay situaciones en las que, por distintos motivos, es posible que no de tiempo a entregar un proyecto a tiempo. Se puede mostrar incomodidad sobre este aspecto, presentándola como una inquietud por cumplir con las previsiones.
“Soy muy exigente con mi trabajo y cuando veo que algo no se entrega a tiempo suelo impacientarme. Por eso, intento ser una persona motivadora tanto conmigo mismo como con los demás. Al final, tener un buen ambiente laboral ayuda a que todos seamos más eficaces y, en consecuencia, mejoremos la productividad”.
"Me centro demasiado en los detalles"
Esta respuesta puede tener una doble lectura, por lo que hay que elaborarla a conciencia. No se debe de presentar como una obsesión que pueda llevar a ralentizar el ritmo de trabajo, sino como una preocupación por realizar un trabajo cuidado y de calidad.
“Me fijo muchos en los detalles. Siempre me paro a analizar hasta los aspectos más minuciosos, buscando siempre la máxima calidad, pero sé que puede provocar retrasos en mis proyectos o en el equipo. Por eso, he conseguido trasladar esta preocupación e implicación a una perspectiva general, lo que me permite que presentar un buen trabajo sin haberme excedido en el tiempo o reducir la productividad”.
"Tengo problemas para decir no"
Es, de nuevo, un problema frecuente en muchos trabajadores. Cada empleado tiene asignadas sus tareas, pero surgen imprevistos que pueden alterar el plan de trabajo. Si eres de lo que siempre se echa estos contratiempos a la espalda, puedes explicar esta ‘debilidad’ como una implicación con la empresa. Además de mostrar esta predisposición, puedes agregar que estás trabajando en una mayor autogestión.
“Suelo tener problemas para decir ‘no’ cuando aparecen nuevos proyectos o imprevistos. También cuando un compañero me pide ayuda porque está atascado con una tarea o no le da tiempo a entregarla en plazo. Esto a veces ha hecho que asuma más de lo que puedo abarcar, provocándome cierto estrés por el sobreesfuerzo. Pero le estoy poniendo solución planificando la jornada con herramientas de autogestión, sabiendo lo que puedo aceptar y lo que no”.
“Me cuesta pedir ayuda”
Hay situaciones en las que para asegurar que el trabajo se va a completar correctamente, es necesario pedir ayuda. No obstante, no siempre es fácil. Desde esta perspectiva debes armar tu respuesta, explicando como en ocasiones el compromiso y la implicación de querer que se desarrollen todas las tareas pendientes puede crearte problemas para delegar, aunque siempre mostrando que es algo en lo que se está trabajando.
“Me cuesta pedir ayuda aunque la necesite. Soy una persona muy trabajadora y no me importa hacer un esfuerzo extra para terminar una tarea, así que a veces me es difícil poner límites. Sé que es algo importante porque, cuando he sido capaz de apoyarme en mis compañeros, he podido adquirir nuevas habilidades o tomar el trabajo desde otra perspectiva. Así que ahora, cuando veo que estoy saturado, busco ayuda para presentar un trabajo de calidad y retroalimentarme con el conocimiento de los demás”.
“Tengo dificultades para dejar un proyecto”
Puedes mostrar cierta debilidad por dar por finalizado un trabajo, sobre todo cuando ha requerido un largo periodo de tiempo. Para que no se vea como un problema, a la hora de entregar los proyectos en plazo, céntralo en que es una buena cualidad para detectar errores y corregirlos, lo que permite mejorarlos.
“Soy una persona muy autocrítica. Me gusta analizar mi trabajo, ver si tiene errores para corregirlos, lo que me lleva a tener dificultades para dar por finalizado un proyecto. Siempre hay algo que se puede mejorar pero, para no excederme con los plazos de entrega, me suelo imponer fechas límite para no estar cambiándolo todo en el último minuto”.
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