Qué es el ‘job hopping’ que cada vez realizan más trabajadores

Así se conoce a la tendencia de ir cambiando de trabajo cada poco tiempo para crecer profesionalmente más rápido o mejorar las condiciones laborales. Aunque también puede esconder precariedad.

Trabajadores reunidos en una oficina |Envato
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El despido silencioso, el ghosthing laboral, la ley del hielo… En los últimos años, hemos visto cómo han ido aumentando ciertas prácticas empresariales. Pero estas tendencias, también se dan entre los propios trabajadores. Y, si hay que resultar una, para muchos es el llamado ‘job hopping’. Un nuevo hábito que parecen haber adoptado las generaciones más jóvenes y que se está viendo cada vez más entre los profesionales.

¿En qué consiste? Consiste, principalmente, en ir cambiando de trabajo con relativa frecuencia. Hace una o dos décadas, esta práctica estaba mal vista, pero ahora es una especie de estrategia que están siguiendo muchos jóvenes para ascender profesionalmente y aumentar la satisfacción laboral.

Esta ‘mejora’ profesional no tiene que ver siempre con el sueldo, sino que el cambio puede estar motivado para aprender nuevas habilidades, encargarse de proyectos más ambiciosos, o encontrar un entorno de trabajo más alineado con nuestros valores. De hecho, se está viendo como cada vez más profesionales deciden cambiar de puesto para disfrutar de una mejor conciliación profesional y personal, contexto donde están poniéndose conceptos sobre la mesa como el ‘cronoworking’.

Ventajas y desventajas del ‘job hopping’

Ya hemos visto que el ‘job hopping’ se está utilizando como una forma de mejor la calidad de vida, ya sea percibiendo un mejor salario o recibiendo otra serie de beneficios, ganando más flexibilidad o simplemente trabajando en una cultura empresarial que va más con nosotros. Ahora, ¿hay más ventajas? Desde el portal de Adecco, resaltan:

  • Crecimiento profesional acelerado: al cambiar de entorno, funciones o responsabilidades, se adquieren nuevas habilidades más rápido que si se estuviera en una misma empresa o puesto.
  • Se amplía la red de contactos
  • Mayor motivación: el cambio ayuda a mantener la energía y el interés por nuestro trabajo. 
  • Se gana adaptabilidad: se aprende cómo adaptarse rápidamente a nuevos equipos, culturas y metodologías.
  • Se potencian las habilidades comunicativas y organizativas, por la necesidad de entender y mostrar sus conocimientos en distintos entornos.

Asimismo, esta tendencia esconde una serie de desventajas, también desgranadas por Adecco:

  • Para algunas empresas, o reclutadores, puede ser una señal de inestabilidad, falta de compromiso o falta de constancia.
  • Puede impedir especializarse en profundidad en un área específica.
  • Se renuncia a tener antigüedad y los beneficios que pueden asociarse a ella, como planes de pensiones o promociones internas.
  • Estrés ya agotamiento por estar en continuo cambio. 
  • Puede ser más difícil ganarse una reputación, que suele asociarse a relaciones largas.

Alerta de los sindicatos: puede esconder precariedad laboral

Por otro lado, tal y como denuncia UGT en su revista ‘In itinere’, el uso de la expresión ‘job hopping’ puede esconder “una peligrosa romantización de la precariedad laboral, que intenta generalizar una situación minoritaria y disfrazar de ambición el drama social de miles de personas trabajadoras”.

En este sentido, el sindicato explica que “quizás la característica más peligrosa” del ‘job hopping’ sea su condición de ‘voluntario’. “El uso de este anglicismo como tendencia o moda presupone que una mayoría de personas jóvenes cambian de trabajo por ambición, ilusión o ansiedad por progresar profesionalmente. No obstante, también implica pensar que la mayoría dispone de una red de seguridad para cambiar de trabajo a la carta, sin temor a perder su principal fuente de ingresos, cuando esto solo se aplicaría en algunos sectores profesionales o casos concretos”, aclaran.

De hecho, desde esta organización sindical avisan de que esta tendencia está al alcance de solo ciertos perfiles profesionales, y “deforma la realidad de una mayoría de personas trabajadoras”. Como muestra de esta limitación, indican que un reciente informe del Consejo de Juventud revelaba que uno de cada tres jóvenes emancipados tiene que pedir ayuda a sus familias para pagar el alquiler.

En otro informe del propio UGT, se descubría que el salario medio de los jóvenes menores de 30 años era un 25,8% inferior a la media nacional. “Esta precariedad dominante, y no la ambición laboral, podría ser lo que fuerza a muchos a cambiar de trabajo continuamente hasta encontrar un puesto que, pese a no alimentar el ego profesional, pueda pagar facturas”, advierten.

Por ello, concluyen que si bien ‘el job hopping’ puede funcionar en algunos sectores para crecer laboralmente y sin riesgo aparente. En otros, se convierte “en un cambio de narrativa que perjudica a la mayoría”. La rotación, sumada a la escasa capacidad de ahorro, “hace que perder el empleo sea todavía más arriesgado”, y es que el desempleo juvenil es una pesadilla que están viviendo muchas personas. En estos casos, esta tendencia “no solo maquilla la precariedad: la deforma hasta intentar convertirla en virtud”, manifiestan.

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