El Tribunal Superior de Justicia de Castilla La Mancha ha validado el despido disciplinario de una trabajadora de Correos que cobró premios de boletos Rasca de la ONCE sin haber registrado su venta. La empleada era, además, directora de una oficina en una localidad de Toledo donde cobraba un salario de 71,16 euros la hora (2.164,45 euros al mes aproximadamente). La empresa pública la sancionó con una falta muy grave tras detectar las irregularidades.
La afectada tenía una antigüedad en la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos desde el año 2007 (17 años) y había conseguido un alto cargo en su oficina. Fue despedida por resolución de la empresa con efectos del 21 de marzo de 2024, tras abrir expediente disciplinario por los hechos que salieron a la luz tras una auditoría. Según Correos, la trabajadora rascaba boletos que no había vendido de manera formal. Entonces, comprobaba si tenían premio y en caso de que lo tuviese, cobraba el dinero sin que existiera registro previo de la venta, que regularizaba más tarde.
Según la sentencia 825/2025 del TSJ de Justicia con sede en Albacete, la empresa basó el despido en el artículo 85.c del III Convenio Colectivo de Correos (se puede consultar en este BOE) y en el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores al entender que la conducta era una transgresión continuada de la buena fe contractual.
La empleada negó los hechos desde el principio, y presentó alegaciones durante la instrucción del expediente, demandando a Correos por despido improcedente.
Qué dijo el Juzgado de lo Social de Toledo
En una primera instancia, el Juzgado de lo Social número 1 de Toledo desestimó la demanda y declaró el despido como procedente, convalidando la extinción del contrato de trabajo sin derecho a cobrar indemnización ni los salarios de tramitación.
Según se pudo demostrar (como apuntan en la sentencia) durante el año 2023 la trabajadora rascó y comprobó varios boletos Rasca sin venderlos antes a través del sistema informático y en varios casos registró la venta con días de diferencia respecto al cobro del premio.
Realizó 97 comprobaciones, de las que 28 fueron premiadas con un importe de 122 euros. Los pagos los gestionó ella misma, que además era la única que podía hacerlo ya que contaba con un perfil habilitado para ello.
La jueza destacó que existía un patrón de conducta irregular que se repetía de forma continua, con clara intención de ocultar las operaciones reales, lo que supuso un quebranto de la confianza depositada en ella, que fue lo que la llevó a conseguir el puesto de directora.
El TSJ confirma la procedencia del despido
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla La Mancha escuchó a la defensa de la trabajadora que apuntó a que los hechos ya habían prescrito porque fueron detectados por una auditoría interna el día 26 de julio de 2023, y el expediente disciplinario no se había incoado hasta el 13 de octubre de ese mismo año.
Pero el TSJ rechazó el argumento, entendiendo que no fue hasta que concluyó la investigación interna cuando se conocieron las irregularidades de una forma exacta y completa cuando la empresa pudo actuar disciplinariamente.
La sala confirmó que no había sido un hecho puntual, sino una conducta reiterada y oculta en el tiempo, que era más grave debido a su condición de directora y el abuso de confianza que conlleva. La sentencia subraya que el conocimiento superficial no activa el cómputo de la prescripción y que después de la investigación completa, el órgano competente pudo incoar el expediente conforme a derecho.
El TSJ desestimó el recurso de suplicación interpuesto por la trabajadora confirmando la procedencia del despido dejando firme la sentencia del Juzgado de primera instancia.
La trabajadora pagó los boletos al ser descubierta
La trabajadora pagó los boletos una vez que se hubieron detectado las irregularidades, como parte de un intento de normalización. Como señala el documento oficial, el 27 de julio de 2023, un día más tarde de la auditoría que descubrió 28 boletos Rasca usados pero no vendidos, ella pagó 39 euros de modo que quedase regularizado en el sistema.
Luego, el 31 de julio de 2023, ingresó 10 euros correspondientes a 10 boletos que faltaban, que no habían sido ni registrados, ni cobrados de forma adecuada. Esto implica que sí hubp pago, pero fue extemporáneo y tras ser descubierta la irregularidad, lo que no evitó que se considerase una falta disciplinaria muy grave tanto para Correos como para los tribunales.