La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales es uno de los proyectos estrella del Gobierno de coalición. La medida, defendida por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, busca mejorar la conciliación y repartir el empleo, pero ha encendido las alarmas en sectores clave de la economía como la hostelería y el turismo, donde los empresarios advierten que, con márgenes de beneficio mínimos, la medida puede provocar el cierre de miles de locales.
“Yo necesito que cada empleado genere 7.000 euros de facturación, y si no los genera, el dinero lo tenemos que poner nosotros de nuestro bolsillo”, asegura David Ariza, propietario del restaurante ‘Rice and Bones’ durante un debate sobre los beneficios de la reducción de la jornada laboral en ‘LaSexta Xplica’.
La reducción de jornada no es apta para la hostelería
El empresario defiende que la medida es “inaplicable en hostelería” por los márgenes “ridículos” con los que operan la mayoría de negocios. De hecho, comentó durante el debate que un amigo suyo tuvo que cerrar un restaurante en Alicante pese a facturar tres millones de euros anuales, porque al final del ejercicio apenas le quedaban 30.000 euros de beneficio. “Porque una cosa es facturación, otra cosa es ver los bares llenos, y otra cosa son beneficios”, subraya.
En su caso, recalca que su negocio es una “anomalía” dentro del sector, y a pesar de dar servicio de lunes a domingo, sus empleados trabajan cinco días a la semana, de 11:00 a 18:30 horas, con dos días libres y jornada continuada, y aún así, “que tengan media hora más al día, no mejora la productividad”, asegura Ariza, que ya ha empezado a implementar la reducción de jornada entre sus empleados.
“Al final de año queda una miseria”
El empresario también cargó contra la percepción que hay en la sociedad de que la hostelería es una máquina de hacer dinero. “Hablamos de facturaciones millonarias, pero al final del año queda una miseria”, sostiene. El contraste entre las cifras de facturación y los beneficios reales refleja la fragilidad de un sector con altísima competencia y costes al alza.
Mientras tanto, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, defiende que la reducción de jornada no solo es posible sino necesaria, y ha convertido esta medida en uno de sus principales proyectos políticos.