Una mujer gasta toda su herencia en un juicio fallido contra sus hermanas para quedarse con la casa familiar en la que quería vivir con sus perros

Tras la muerte de su madre, una mujer gasta 115.000 euros en una disputa legal fallida, se queda sin la casa y pierde casi todo el dinero de la herencia.

Fachada de la casa familiar | Champion News Service
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En muchas ocasiones el reparto de la herencia genera disputas entre los herederos que terminan en los tribunales e incluso con familias destruidas. Y es lo que le ha ocurrido a una mujer de 49 años que, tras fallecer su madre, emprendió una batalla legal contra sus propias hermanas para poder quedarse con la casa familiar, que según argumentaba, necesitaba para vivir con sus perros de apoyo emocional. 

Según la información recogida por el medio británico The Sun, el testamento de la madre era claro, debía repartirse la casa a partes iguales ente sus tres hijas, pero una de ellas, que vivía en la vivienda, se negó a abandonar el inmueble. Alegó que, por sus problemas de salud mental y su extrema sensibilidad al ruido, no podía vivir en otro lugar, y que necesitaba la casa para ella y sus perros de apoyo emocional. 

Aseguraba que había dejado su trabajo para cuidar de su madre en sus últimos años, cuando esta padecía demencia, y que había invertido 30.000 libras (unos 34.500 euros) de su propio dinero en facturas veterinarias para la perra de la familia.

Sus hermanas reclamaron su parte de la herencia 

Tras negarse a abandonar la casa, las hermanas reclamaron su parte legítima de la herencia, mientras ella sostenía que merecía quedarse con la casa entera. Como no hubo acuerdo, la disputa terminó en los tribunales. 

La mujer recurrió a la Ley de Herencia de 1975, que en el Reino Unido permite reclamar una “provisión razonable” por encima de la parte asignada si se prueban circunstancias excepcionales. En sus alegaciones, explicó que sufría dislexia, fibromialgia, ansiedad, depresión, insomnio, trastorno de estrés postraumático y Covid persistente, y que sus perros rescatados eran su único apoyo emocional.

Sin embargo, el Tribunal del Condado Central de Londres desestimó su demanda dando la razón a sus hermanas. Reconoció que aunque la mujer tenía “problemas particulares”, mudarse a un piso podía ser una alternativa adecuada y que la vivienda debía repartirse según la voluntad de la madre.

El resultado tras este juicio fue que la mujer no solo perdió la casa, sino que fue condenada a pagar las costas judiciales y los honorarios de los abogados de sus hermanas, una factura de más de 100.000 libras (unos 115.000 euros) a la que tendrá que hacer frente con su parte de la herencia y que según recoge el medio, podría dejarla sin recursos.  Algo que podría haber evitado si hubiera aceptado el acuerdo económico que le ofrecieron sus hermanas, que querían evitar el juicio, ya que insistieron en que solo querían el reparto que les correspondía por ley. 

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