Un hombre va al supermercado a devolver un zumo para ahorrar unos céntimos y termina ganando 285 millones de euros

Un golpe de suerte que cambie la vida como ganar un premio millonario en la lotería puede ocurrir cuando uno menos se lo espera. Así le ocurrió a Tayeb Souami, un hombre de Nueva Jersey de 55 años, de origen Africano, que se llevó una sorpresa que cambió su vida cuando decidió devolver una botella de zumo de naranja en un supermercado, y terminó ganando 306 millones de dólares (unos 285 millones de euros). 

Souami, según informaron en ‘The Washington Post’, había ido a devolver la botella de zumo, con la intención de ahorrar algunos céntimos, y es que su esposa había visto que la misma marca se vendía más barata en otro supermercado. Cuando fue a devolverla, mientras esperaba el dinero en la caja vio un cartel que anunciaba el bote de un premio de lotería, y con el dinero que le devolvieron del zumo, compró dos billetes. 

Aquella compra inesperada lo convirtió en el ganador de uno de los premios más altos del año en la lotería, y es que la combinación ganadora, de los números, 3, 6, 9, 17, 56 del sorteo Powerball 25, cambiaron su vida y la de su familia de manera radical.

Uno de los billetes mostró un mensaje inusual al verificarlo

Al día siguiente a la compra y el sorteo, fue a revisar sus billetes en una tienda sin esperar lo que estaba a punto de pasar. Tras verificar el primero sin éxito, escaneó el segundo, que mostraba un mensaje inusual: "Debe ser visto por el minorista", ponía. 

Al entregarlo a la dependienta para que lo revisara, ella reaccionó sorprendida al descubrir que Souami había ganado el premio mayor. "Mi corazón latía, latía, latía", confesó después a la prensa.

Aseguró el futuro de su familia y dejó su empleo

Tras enterarse de su victoria, Souami decidió optar por el pago único del premio en efectivo, para asegurar el bienestar de su familia. Entre los primeros gastos, destinó una parte a liquidar la hipoteca de su casa, que había refinanciado recientemente, además de cubrir los costes de matrícula universitaria de su hija. También se aseguró de saldar sus propios préstamos universitarios y garantizar un respaldo financiero para el futuro de sus hijos.

Tras asegurarse que su baja en la empresa en la que trabajaba no repercutiría en la situación de sus compañeros decidió dejar su trabajo, dispuesto a vivir su nueva vida. 

Según confesó a los medios, el zumo de naranja se había convertido en su bebida favorita, y recordó que un pequeño gesto puede traer cambios en el destino de una persona.