Las herencias familiares en ocasiones suelen generar conflictos entre los herederos que reabren antiguas disputas, cuentas pendientes o incluso secretos guardados. Así ha ocurrido con el caso de esta herencia, que años después de repetirse entre los hijos del fallecido tiene que modificarse por la aparición de un hijo secreto.
Según explica la notaria Élise Mabille al medio francés ‘Figaro Inmobilier’ cuando falleció el padre, los hijos acudieron a la notaría con toda la documentación para heredar: “Sus dos hijos vinieron a verme y trajeron todos los documentos solicitados, como el certificado de defunción y el libro de familia. Luego revisé el registro de testamentos: no había ninguno”-
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El caso parecía sencillo, pues solo habría que repartir una casa valorada en unos 120.000 euros y 20.000 euros en efectivo. “No había duda sobre la herencia. Sabíamos quién había fallecido y, según el registro familiar, quiénes eran los dos herederos. Todos actuaron de buena fe”, relató Mabille. Los dos hijos identificados recibieron la mitad de la propiedad cada uno y comenzaron los trámites para vender la vivienda, pero dos años después todo cambio.
Aparece un hermano secreto que reclama su parte de la herencia
Dos años después, la notaria recibió una llamada inesperada de un hombre. “Me explicó que se había enterado del fallecimiento de su padre. Su notario le había dicho que yo me había encargado de la herencia” explicó la notaria.
El hombre, que hasta entonces desconocía el destino de su padre y no había mantenido contacto, afirmaba tener pruebas documentales de su parentesco. “Me pareció extraño, porque no figuraba en mi lista de herederos”, recordaba la notaria. “Esperó dos años antes de venir a verme porque desconocía que su padre, con quien no tenía contacto, había fallecido”.
El caso se complicó rápidamente. La notaria tuvo que contactar a los herederos iniciales y presentarles la nueva realidad. “Tuvimos que explicar la situación a los otros dos herederos y presentarles las pruebas. Se quedaron impactados”, contó Mabille. Las pruebas eran contundentes: dos libros de familia, uno con los hijos reconocidos y otro con el del hijo oculto, entregado a la madre de este último. “Cuando abro una sucesión, generalmente no les enseño nada nuevo a las personas. Y si les enseño algo, no es bueno”, confesó la notaria, destacando lo inusual y delicado del caso.
Los hijos decidieron aceptar que su padre tenía una doble vida y rehacer el reparto de la herencia
Los hijos del fallecido tenían dos opciones en aquel momento, ir a juicio por el reparto de la herencia o reconocer que su padre tenía un hijo que había mantenido en secreto y rehacer el reparto de la herencia.
Finalmente, según la notaria, optaron por la vía más razonable con la que salían menos perjudicados y que haría todo el proceso mucho más rápido. “Presentamos una declaración rectificativa de herencia para modificar la distribución e incluir al nuevo heredero con sus derechos. Posteriormente, se redactó una escritura rectificativa de propiedad para dejar constancia de que ahora había tres propietarios y que cada uno recibiría un tercio de la casa”. También se redistribuyó el dinero en efectivo de acuerdo a la nueva partición.