Roberto, jubilado de 65 años: “He vendido la nuda propiedad de mi casa, a mis 65 años es como tener dos pensiones”

Cada vez más mayores optan por vender la nuda propiedad de su vivienda para obtener liquidez sin abandonar su hogar. Esta fórmula permite complementar la pensión y planificar el futuro con más opciones.

Un hombre sentado en una butaca |Envato
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Roberto, sevillano de 65 años, ha tomado una decisión poco habitual, pero cada vez más frecuente, vender la nuda propiedad de su casa y conservar el derecho a seguir viviendo en ella el resto de su vida (usufructo vitalicio). Esta operación le permite disponer de ingresos mensuales adicionales, lo que, en sus propias palabras, “es como tener dos pensiones”. Su objetivo es claro, poder disfrutar de la jubilación con tranquilidad y sin renunciar a los planes que le gustan.

“Tengo una pensión buena, pero limitada. Con este ingreso extra puedo vivir como cuando trabajaba. No es una vida de lujos, pero no tengo que renunciar a viajar ni a quedar con amigos”, explicó a La Vanguardia. Su caso refleja un cambio de mentalidad entre los mayores españoles, que cada vez más priorizan su bienestar actual frente a la idea de dejar una vivienda en herencia.

La nuda propiedad es una fórmula que separa la titularidad del inmueble de su uso. El propietario vende el bien, pero se reserva el usufructo, es decir, puede seguir habitándola, en su caso de por vida. Esto permite obtener liquidez sin necesidad de mudarse. En el caso de Roberto, la decisión llegó tras investigar por su cuenta y consultar con un abogado especializado. “Vi un anuncio en redes sociales, no sabía que esto existía. Me informé, pedí asesoramiento y me convencí de que era la opción adecuada para mí”, comentó. 

Una solución práctica para una vejez más activa

La venta de la nuda propiedad es una tendencia creciente, y es que cada vez más, como en el caso de Roberto, la vivienda deja de verse como un legado que dejar a los herederos y se convierte en un recurso económico para disfrutar la jubilación. 

“Me siento joven, tengo energía y quiero seguir haciendo cosas. Esta operación me da margen para eso sin tener que abandonar mi casa”, explicó el jubilado.

Además de poder disfrutar del momento actual, la venta de la nuda propiedad también le permite planificar escenarios futuros con mayor seguridad. “Si en algún momento necesito cuidados o ingresar en una residencia, podría alquilar mi casa y tener un tercer ingreso”. Para él, se trata de una forma de ganar autonomía sin renunciar a su estilo de vida.

Una tendencia al alza, pero que aún genera dudas 

Aunque la demanda de operaciones de nuda propiedad ha aumentado cerca de un 80% desde 2020, la mayoría de los mayores sigue mostrando reticencias. Según la Fundación Mapfre, el 76% no confía en las fórmulas actuales para obtener liquidez a partir de su vivienda, muchas veces por desconocimiento o por dudas legales.

Roberto explicó en el citado medio que este problema lo percibe en su entorno. “Intento animar a mis amigos, pero comprendo sus reservas. Es algo muy nuevo, sobre todo fuera de Madrid y Barcelona”. En el caso de este jubilado, su decisión fue meditada y basada en información contrastada, “Lo importante es entender bien lo que se firma y contar con un buen asesoramiento”, aclaró.

Uno de los temores más habituales entre quienes consideran esta opción es perder el vínculo emocional con su hogar. Sin embargo, Roberto desmintió este hecho, “Sigo viviendo aquí como siempre. Para mí, esta sigue siendo mi casa. Después de Navidad quiero volver a pintarla yo mismo. Quiero terminar mi vida en este sitio, donde tengo todos mis recuerdos”.

Su historia refleja una posibilidad cada vez más realista para quienes desean vivir la jubilación con mayor libertad económica sin renunciar a lo que les importa, y es que en sus propias palabras “no quiero vivir con miedo a lo que pueda pasar. Prefiero tomar decisiones que me den tranquilidad ahora y en el futuro”.

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