Desde la era analógica de los años 70, 80 y 90 hasta la época digital actual, las cosas han cambiado bastante. Tanto los videoclubs como los salones recreativos, eran populares lugares de encuentro al salir de clase o en los fines de semana que han pasado a la historia. Los primeros prácticamente han desaparecido por la inclusión de las plataformas del streaming, pero ¿Qué fueron de los salones recreativos? Aquellos establecimientos que ahora son casi imposibles encontrar en una ciudad.
Estos salones de juegos llenos de máquinas arcade, billares y dianas, eran el lugar donde los jóvenes y no tan jóvenes desarrollaban su actividad social (vamos el Facebook, Instagram o TikTok, de los años 70, 80 y 90, pero con un toque más presencial). Los salones de arcade no solo marcaron una era dorada para los videojuegos, sino que también desempeñaron un papel significativo en la economía local y el mercado laboral, llegando a generar miles de puestos de trabajo.
Los centros de ocio o Arcade en España, al igual que en otras partes del mundo, comenzaron como un nicho de mercado para entusiastas y aficionados a los videojuegos. Sin embargo, su popularidad creciente pronto los convirtió en un fenómeno cultural y social, atrayendo a una amplia demografía que incluía desde jóvenes en busca de entretenimiento hasta adultos interesados en la novedad tecnológica que estas máquinas ofrecían.
Esta popularidad no solo generó ingresos para los propietarios de los establecimientos, sino que también impulsó la creación de miles de empleos relacionados con el mantenimiento de las máquinas, la gestión de los locales, y el desarrollo de nuevos juegos.
De llegar a generar decenas de miles de puestos de trabajo o prácticamente desaparecer
Los salones recreativos en España, en su época de auge, generaron una gran cantidad de empleos no solo directamente en los propios establecimientos, requiriendo personal para operaciones diarias, mantenimiento, y administración. Además, también impulsó el empleo en sectores asociados como la distribución, fabricación de máquinas y componentes, desarrollo de videojuegos, y servicios colindantes.
Aunque no hay datos oficiales sobre cuántos puestos de trabajo se llegó a generar, está claro que los salones de recreativos tuvieron un impacto en la economía local y, que de forma subyacente, benefició a otras industrias como el sector de la tecnología y por supuesto, el de los videojuegos.
Un negocio que llegaba a generar miles de millones de las antiguas pesetas
Más allá de la generación de empleo dentro y fuera de España, este nicho de mercado tuvo su impacto en la economía del país. Estos establecimientos fomentaron el desarrollo de zonas comerciales y núcleos urbanos atrayendo a más clientes, mayormente jóvenes, donde era sin duda alguna la red social 1.0 (un sitio donde interactuar con otras personas físicamente).
Además, la industria de los arcades estimuló el crecimiento de empresas nacionales dedicadas a la fabricación y distribución de máquinas recreativas, así como al desarrollo de software de videojuegos.
No obstante, el auge de la tecnología doméstica y la llegada de consolas de videojuegos capaces de replicar la experiencia de los arcades en el hogar, marcaron el principio del declive de estos establecimientos. La industria intentó resistir, incluyendo muchos de ellos dentro de los salones, los conocidos como cibercafés, otro espacio donde la sociedad empezó a conocer lo que era el internet.
La idea de negocio parecía prosperar, pero no fue así. La velocidad con la que se propagaba internet, la llegada de la nueva generación de consolas, ordenadores con los primeros juegos online, los smartphones y la mensajería instantánea hizo que poco a poco este tipo de negocio desapareciera no solo en España, sino en todo el mundo.
De hecho, incluso la factoría Disney intentó visualizar el declive de este tipo de negocio con las películas Rompe Ralph y Ralph rompe Internet (Wreck-It Ralph and Ralph Breaks the Internet). Más allá de contar la historia de Ralph y la princesa Penélope, la película cuenta cómo era en antaño el mundo de los salones recreativos y de como internet acabó con ellos.
Aun así, los salones recreativos marcaron una bonita historia durante la década de los 70 a los 90, donde las redes sociales no se marcaban por los móviles y sí, por ver quién era rey de futbolín ganando el bote de duros, las antiguas 25 pesetas.
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