De entre todos los desafíos que enfrenta España actualmente, uno de los que más preocupa a los ciudadanos es el de la vivienda, ya que los precios no paran de subir mientras la oferta escasea. Es tal el problema que supone el acceso a la vivienda en España, que muchos expertos y economistas están saliendo al paso con continuas reflexiones al respecto, como el economista Gonzalo Bernardos.
Y es que el problema de la vivienda tiene más aristas de las que parece o nos muestran en televisión, ya que hasta los que consiguieron el tan ansiado objetivo de comprar una casa y son propietarios podrían tener problemas en un futuro. Esto es porque muchos inmuebles antiguos necesitan reformas urgentes para conservar su valor y garantizar la eficiencia energética, lo que supondrá un gasto extra bastante importante para miles de propietarios si no quieren ver perdida parte de su inversión.
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Al respecto de este tema ha querido hablar el arquitecto Jordi Martí, que advierte sobre la falta de rehabilitación en los edificios españoles y las consecuencias económicas que esto conllevará más pronto que tarde. “En España hay muchos propietarios que van a ser pobres porque nunca, y remarco, nunca llega el momento de hacer una gran rehabilitación en el edificio”, afirma Martí en un vídeo difundido en redes sociales. En su opinión, la dificultad para alcanzar acuerdos en las comunidades de vecinos y la tendencia a posponer este tipo de intervenciones están llevando a muchos inmuebles a un estado de deterioro difícil de revertir.
“Hay muchos edificios que se construyeron hace más de 50 años que se van a convertir en un lastre para las familias si no hacen algo ahora”, advierte el arquitecto, quien recalca que no se trata únicamente de gastar dinero, sino de actuar con previsión. “Cuando hablaba de invertir no me refería a invertir dinero sino tiempo y ganas”, insiste Martí, remarcando la relevancia de que los propietarios se impliquen activamente en la gestión y mantenimiento de sus inmuebles.
Ayudas para rehabilitar edificios y viviendas
El especialista destaca las oportunidades que brindan las ayudas europeas destinadas a modernizar edificios y mejorar su eficiencia energética. En particular, menciona el programa de rehabilitación residencial incluido en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado con los fondos NextGenerationEU. Este plan, con un presupuesto de 3.420 millones de euros, permite cubrir entre el 40% y el 80% del coste total de las obras, pudiendo llegar al 100% en casos de especial vulnerabilidad económica.
Para acceder a estas ayudas, los proyectos deben garantizar una reducción mínima del 30% en el consumo energético. Entre las actuaciones más frecuentes se encuentran la mejora del aislamiento térmico en fachadas y cubiertas, la sustitución de ventanas, la renovación de los sistemas de calefacción o climatización y la actualización de elementos comunes con el fin de optimizar el consumo energético. También se incluyen intervenciones de conservación y accesibilidad, siempre que contribuyan a una mayor eficiencia.
Martí advierte que muchos propietarios están observando cómo sus viviendas pierden valor mientras crecen los gastos de mantenimiento. “Uno intenta ser propietario para asegurarse un futuro mejor, pero esto puede salir muy mal si no paran de aparecer derramas elevadísimas, suben los gastos de electricidad y gas, y al final la vivienda pierde valor”, explica. Según él, la clave para conservar el patrimonio radica en la capacidad de anticiparse y actuar a tiempo.
Las comunidades autónomas son las encargadas de gestionar estas ayudas mediante las Oficinas de Rehabilitación, donde los propietarios pueden recibir asesoramiento y apoyo técnico. Además, estas oficinas ponen en contacto a los ciudadanos con profesionales o agentes rehabilitadores y ofrecen un simulador que permite calcular el consumo energético y el importe aproximado de la subvención. Cabe destacar que las ayudas están exentas de tributación y no se consideran ganancia patrimonial en el IRPF. Asimismo, la parte no subvencionada puede beneficiarse de deducciones fiscales de hasta el 60% en la declaración de la renta.