Agosto vuelve a confirmar lo que viene siendo la tónica desde comienzos de verano. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha dado a conocer hoy el dato adelantado del Índice de Precios sobre el Consumo (IPC) donde se muestra cómo los datos de la inflación en dos dígitos vuelve a repetirse, aunque da un leve respiro y baja cuatro décimas. Y es que el IPC estimado de agosto se ha situado en el 10,4%, provocado esencialmente por la bajada del precio de los carburantes.
El dato no es definitivo y todavía falta ser confirmado a mitad del mes de septiembre, lo que sí se sabe es que las previsiones macroeconómicas del Gobierno, por ahora, son algo alentadoras en cuanto a que esa cifra descienda en los próximos meses. El pasado julio la inflación se estableció definitivamente en un 10,8%, su nivel más alto en 38 años.
Además, se puede ver un descenso de la tasa interanual, a pesar del aumento en los tres anteriores, la cual ha descendido cuatro décimas y se sitúa en un 10,3%.
En cuanto a la estimación del INE de la tasa de variación anual de la inflación subyacente, ha incrementado en tres décimas y se sitúa un 6,4%. Tal y como auguraban los economistas, se ha confirmado el 6,1% de julio y el aumento de agosto, lo que se traduce en unas cifras bastante altas comparables con las de 1993.
¿Cuáles son las causas por las que el IPC se ha establecido en un 10,4% en agosto?
Durante el mes de agosto la inflación continua en tendencia ascendente y no parece que el inicio del otoño vaya a menguar este comportamiento. Desde el pasado junio, la inflación ya llegó a los dos dígitos, lo que supone un encarecimiento de la vida, que no del poder adquisitivo, en más de un 10%.
Las principales causas que apuntan desde el INE a que se sigan dando repuntes ascendentes es la subida de los precios sobre el consumo, sobre todo en los alimentos y el precio de la luz. Medidas como la ‘excepción ibérica’ para topar el precio de gas, que ya se implantó en España, parece que no han conseguido rebajar la tarifa de la luz en el país.
Sin embargo, la bajada del precio de los carburantes, junto a la bonificación de los 20 céntimos por litro a la hora de repostar gasolina, ha sido fundamental para que se produzca esta reducción de la inflación. En sentido contrario, destaca el aumento de los precios, entre otros, de la electricidad, alimentación, restauración y paquetes turísticos.
Todo esto se refleja en la población, donde la subida de precios y el encarecimiento de la vida se ha hecho más que evidente. Llenar el depósito de la gasolina o la cesta de la compra es ahora diez puntos más caro que hace unos meses. Desde el Gobierno han implantado ya dos paquetes de medidas de ahorro para hacer frente a los estragos económicos que está provocando la guerra de Ucrania en toda Europa para que los consumidores españoles intenten no sufrirlos en la medida de lo posible.
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