Un simple error en el contrato de alquiler ha hecho que un joven de la región de Île de France (Francia) se enfrente ahora a una multa de Hacienda de 6.000 euros aproximadamente. Ha sido su abogado el que ha dado a conocer su historia, para avisar a los inquilinos de un fallo que se comete cada vez más y que tiene que ver con el hecho de compartir piso. Los propietarios, asegura, tienen que ser notificados en el momento en que uno de ellos abandona la vivienda.
Máximo, el inquilino, pensaba que bastaba con mandar una carta o un mensaje informal para desvincularse del contrato de alquiler de una vivienda que compartía con su novia, Ágata. Cuando dejaron la relación, él se marchó pero ella se quedó en la casa. Entonces, como explica el letrado en Le Figaro, el hombre escribió una carta ordinaria, que no mandó por correo certificado, y en la que no avisaba de lo que había pasado como tampoco de la necesidad de modificar el contrato.
El propietario, cuando recibió la carta, escribió otra en la que pedía los datos de Máximo para poder redactar un documento formal en el que apareciera su salida del piso. Pero no le contestó y de este modo, el contrato de alquiler seguía apareciendo a nombre de los dos inquilinos.
Algunos años más tarde, el propietario denunció la situación que llegó a los tribunales franceses en 2022. Los jueces ordenaron el desahucio de la inquilina morosa y también el pago de una indemnización.
Varios años después, Hacienda reclama 6.000 euros
Cuando parecía que ya estaba todo solucionado, en el año 2024, Máximo recibió una notificación del Trésor Public (la Hacienda francesa), que reclamaba el pago de 6.000 euros. El motivo era la cláusula de solidaridad que aparecía en el contrato de arrendamiento, que él había firmado, en donde se hacía responsable de las deudas que se acumulasen aunque llevara más de seis años sin estar en la casa.
El abogado, Christopher Deshayes, explicó en el medio antes citado que todo el procedimiento judicial que terminó con el desahucio de Ágata se hizo sin que Máximo lo supiese. “Mi cliente está desesperado”, pero al ser un contrato solidario y no tener ella dinero, la responsabilidad del pago de la deuda era de él.
No han podido hacer nada y ahora Máximo tendrá que pagar miles de euros por una deuda que desconocía. Los expertos insisten en que, en estas situaciones, no basta con una notificación para desvincularse de un contrato compartido de alquiler. Que mientras el nombre aparezca en el contrato, la responsabilidad frente a impagos de mantiene incluso cuando no se está residiendo ya en la vivienda.
El fallo estuvo en no enviar la carta notificada
El abogado explica que hay que hacer tres cosas cuando aparecen situaciones como esta. La primera es enviar una carta certificada con acuse de recibo al propietario en la que se informe de la intención de marcharse del piso. Luego, hay que pedir que se modifique el contrato para que el inquilino que se quede asuma el arrendamiento, siempre que el propietario esté de acuerdo.
En Francia, el contrato solidario es habitual cuando se comparte un piso. Aunque la pareja se rompa, si no se cambia pueden pedir responsabilidades legales. “Es fundamental formalizar la salida del contrato, no sólo por escrito, sino con todas las garantías legales”, concluye Deshayes.