El acceso a la vivienda es uno de los problemas que más preocupan a los españoles actualmente, con la escasa oferta y los precios sin parar de subir, cada vez es más complicado comprar una propiedad. A este contexto se ha referido el economista y profesor universitario Gonzalo Bernardos en una de sus últimas entrevistas, lanzando un claro aviso: “Va a ser un festival”, ironizando sobre la dificultad para encontrar casa que van a encontrar miles de españoles.
La contradicción está clara: mientras cada vez es más difícil acceder a una vivienda, la fiebre por invertir en propiedades no deja de crecer. El mercado ofrece menos opciones y, aun así, los compradores están dispuestos a pagar lo que sea con tal de asegurarse un piso. Negociar precios casi ha pasado a la historia y los descuentos son poco más que un espejismo.
Según los últimos datos del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, el precio de la vivienda libre se situó en 1.921 euros el metro cuadrado a finales de 2024. Eso supone un 6% más que el año anterior, confirmando que el mercado no solo no se frena, sino que sigue tirando hacia arriba.
El choque entre la demanda y la oferta
Hay mucha más demanda que oferta. Se construyen menos promociones nuevas, mientras el interés por comprar (ya sea para vivir o para invertir) no deja de subir. El resultado es que los pisos que salen al mercado vuelan en pocos días. Para Bernardos, el reto ya no es vender, sino encontrar producto: “En 2025 no se van a vender viviendas, las van a comprar”.
A esta presión sobre los precios se suma un factor que parecía ir en contra, pero que al final no lo está haciendo tanto: la financiación. A pesar de la subida de tipos en los últimos años, el crédito hipotecario sigue siendo accesible para muchos. Eso mantiene vivo el movimiento del mercado, con inversores tanto nacionales como extranjeros viendo el ladrillo como refugio seguro en tiempos inciertos.
Cualquiera será capaz de vender una casa
Pero no todo es cuestión de precios. El sector inmobiliario también se está transformando en la manera de enseñar y vender. La digitalización lo ha cambiado todo: portales online, visitas virtuales, herramientas automáticas… cada vez hacen menos falta los intermediarios de siempre. Bernardos lo resume con humor: “En 2025 un perrito, un gatito y un periquito son capaces de enseñar una vivienda y venderla”.
Lo que está claro es que 2025 pinta como un año intenso para el mercado de la vivienda en España. Subidas de precios, más demanda que oferta y nuevas formas de comercialización dibujan un escenario lleno de oportunidades… pero no para todo el mundo. Y Bernardos avisa: entrar en este festival inmobiliario puede salir caro.